Tecnologías y lectura
El escritor portugués Gonçalo Tavares, que participa en la II Feria Internacional de Literatura de Ponta Grossa, en el sureño estado brasileño de Paraná, afirmó que las nuevas tecnologías no reinventan la lectura.
La actual discusión que rodea el campo literario sobre la absorción de las nuevas tecnologías no es el tema central de este arte, pues “las tecnologías no están reinventando la lectura”, señaló Tavares.
El portugués expresó que las tecnologías todavía no resuelven el problema de expansión del acceso a las obras literarias y que es común que las editoras hispanas lancen títulos simultáneamente en España, México y Argentina, por la proximidad del idioma, lo que no pasa con las obras en portugués.
El desafío de ir más allá de las fronteras es una de las banderas defendidas por Tavares, quien publicó su primer libro a los 31 años.
Nacido en Angola e hijo de portugueses, Tavares comenzó a escribir a los 20 años y, desde entonces, lucha por el desafío de la “visualidad” del lenguaje, siendo la literatura para él una manera de “trazar lo que no es posible ver” e incentivando el proceso de la lectura.
Singularidad e inmersión en la profesión de escritor es como algunos críticos literarios definen a Tavares, quien por primera vez participa de la Feria Internacional de Literatura de Ponta Grossa, en la región central de Paraná, y que se extenderá hasta el 15 de septiembre.
El autor destacó la importancia de ser realizadas ferias literarias “fuera del eje Río-Sao Paulo” como una forma de garantizar pluralidad y expansión de públicos, además de incentivar el debate de la literatura.
El autor de Jerusalém, obra consagrada en Europa dentro del ranking 1001 libros para leer antes de morir, mantiene un “ritmo sagrado” para escribir y se refugia en su estudio, al que define como “un espacio del siglo XXI donde no hay conexión con el mundo, solo con los pensamientos”.
Para Tavares, escribir es “un placer de capacidad orgánica. Cuando no escribo, me irrito”, subrayó el autor, quien critica los límites de la traducción de obras literarias en el mundo, restringiendo muchas veces a los autores a los ambientes del idioma de origen.
Además de ser “sagrada”, la literatura para Tavares es una cuestión de síntesis. “Solo abro una frase si tengo una cosa para decir. Rápidamente me callo y llego al otro punto final”, aseveró.
Humor negro y reflexión son las principales marcas de sus últimas obras, entre ellas, Señor Brecht, un libro de cuentos cortos de ficción inspirado en el alemán Bertold Brecht.
Para escribir las obras, Tavares se inspira en autores como Fernando Pessoa, Rimbaud, Marcel Proust, James Joyce, Honoré de Balzac; los rusos Tolstói y Gogol, además de la brasileña Clarice Lispector.
“Algo que me interesa es el discurso político y moral, pero es un discurso pobre literariamente. Solo se debe publicar un libro que está preparado para cualquier reacción del público. Escribir no es lo mismo que publicar”, resaltó Tavares.