‘American Gods’: Mitología urbana
Esta no es una confrontación del bien contra el mal, sino de lo viejo contra lo nuevo, de lo que se adapta contra lo obsoleto.
Por si Game of Thrones no lo había dejado clarito, la fantasía se puede meter en la cama de las series para adultos, y American Gods es una de estas.
Tiene diversidad, violencia que llamaremos “anatómica”, sexualidad y temas religiosamente provocadores. Todos estos elementos se juntan en una historia irreverente, psicodélica, frecuentemente irónica y a veces demasiado cruel.
La palabra mito viene del griego mythos y mientras se le atribuyen varios posibles significados originales, mi favorito es “una historia que merece ser contada”. Si esto es así, Neil Gaiman debe ser uno de los generadores de mythos más fructíferos de nuestros tiempos. Desde el 2011 este escritor anunció al mundo su deseo de convertir su libro American Gods (Dioses americanos) en una serie televisiva.
Neil ha ganado una larga lista de premios por sus novelas de fantasía y la mencionada es ganadora de los premios Hugo, Nebula, Locus y Bram Stoker, entre otros. El ansia de sus fans finalmente se vio recompensada este año que American Gods lanzó su primera temporada en la cadena televisiva Starz, adaptación producida y escrita por Bryan Fuller y Michael Green.
La adictiva serie nos mete en los zapatos de Shadow Moon (Luna sombra), interpretado por
Ricky Whittle, un hombre con una preocupación tal que nadie adivinaría que está a punto de ser soltado de la cárcel. Afuera se encuentra con una realidad tan dura y absurda que parece salida de una tragicomedia de la que nadie se ríe.
Ha ganado su libertad, sí, pero perdido todo lo demás. Es ahí cuando se encuentra con Mr. Wednesday, interpretado por Ian McShane, portador de una gracia divina muy distinta a la que se hallan en las homilías domingueras. Shadow aún no lo sabe, pero está siendo reclutado para una guerra contra los nuevos dioses de la era digital, liderados por una deidad llamada Mr. World, interpretado por Crispin Glover. Esta no es una confrontación del bien contra el mal sino de lo viejo contra lo nuevo, lo que se adapta contra lo que va quedando obsoleto. ¿Lo peor? El bando en el que se ha metido nuestro protagonista es el que va perdiendo.
El formato de los episodios es consistente y funciona muy bien. Empiezan con una historia corta de cómo algún dios llega a Estados Unidos y después regresan a la trama principal. El círculo se cierra cuando estos se van encontrando con los personajes del comienzo. Muestran así dos fortalezas de las historias de Neil, por un lado el poder de sus relatos cortos y por el otro su capacidad para entretejer significado en sus narraciones más extensas. Los dioses que llegan a América son variados: desde Odín junto con los nórdicos hace unos mil años, hasta un Jesús mexicano cruzando la frontera hace unos pocos.
Oh sí, esta historia tiene a Jesús; es más, tiene algunos Jesuses, y todos son tan reales como Mr. Wednesday. Uniendo variados cultos y paradigmas, la serie resulta como una sopa hecha por los calentados de 3 días que por milagro de otro mundo logra hacer algo completamente nuevo y que te deja rogando por más.
La segunda temporada ya está en camino y la primera disponible en Amazon Video. Cuestionándose temas tan actuales con símbolos tan antiguos, American Gods es una auténtica mitología urbana para los junkies de fantasía de nuestros tiempos. (O)