Espacio de arte: En Urdesa
¡En los ambientes se integran pinturas y esculturas de artistas ecuatorianos contemporáneos con objetos decorativos y antigüedades, proporcionando ideas de cómo exhibirlos en el hogar!
Tradicionalmente los meses de invierno transcurren en Guayaquil con una actividad cultural y artística disminuida. Es por eso que he decidido dedicar esta columna a un espacio que a su modo opera de manera constante todo el año: Taller Arte y Enmarcación.
Por varios años, Ángela Martínez de Manrique se ha dedicado a Taller Arte y Enmarcación, un espacio especializado en la enmarcación y el asesoramiento en la adquisición de obras de arte. Junto a su socia, la artista visual Mónica Garcés Conley, manejan también un espacio adyacente llamado La Tienda del Taller, dedicado a la venta de antigüedades y piezas exclusivas de decoración, así como la compra y venta de arte contemporáneo. Ubicado en el centro comercial Urdesa en el local 1 (plazoleta interior), la tienda es un espacio pequeño, pero de tamaño justo. Una mesa de trabajo funciona como recibidor, mientras que en la sala posterior cada mueble o pared están decorados con una prolijidad única. En los ambientes se integran pinturas y esculturas de artistas ecuatorianos contemporáneos con objetos decorativos y antigüedades, proporcionando ideas de cómo exhibirlos en el hogar.
En La Tienda del Taller se encuentran principalmente obras de pequeña dimensión, un formato que resulta natural como primer paso para el potencial comprador de arte contemporáneo. Se exhiben obras de distintos artistas ganadores o seleccionados en salones de la ciudad, todos ellos grandes nombres del arte contemporáneo guayaquileño: Dennys Navas, Javier Gavilanes, Leo Moyano, Leandro Pesantes, Pamela Hurtado, Pedro Gavilanes, Andrés Velázquez, Xavier Patiño, Lisbeth Carvajal y Marcos Restrepo. Los precios son asequibles y la asesoría en compra y enmarcación son excelentes. Cabe resaltar que el taller de Martínez y Garcés es uno de los pocos puentes de acceso indirecto a artistas desvinculados formalmente con galerías. A mi parecer, una de las mejores obras de Pedro Gavilanes Sellán se encuentra en La Tienda y es de las primeras de la serie Desfiguraciones.
Es conveniente para los artistas que el taller no funcione como otros espacios de exhibición o galerías de la ciudad: no crea una relación de dependencia económica con los artistas y no exige su exclusividad, dejándolos en libertad de manejarse de manera autónoma. Tampoco perjudica la comercialización de los artistas en el mercado, ya que no infla los precios de las obras para asegurar ganancias; sus ganancias las obtiene por medio de la enmarcación y otras ventas. Quizás el pequeño formato de las obras se deba al espacio reducido de exhibición, pero esto no desvaloriza una obra de arte.
Adaptándose a los tiempos, esto es sin ignorar que prevalecen sus años de experiencia, un espacio como este se beneficiaría considerablemente de un manejo más profesional de redes sociales en el que se especifiquen medios de contacto, detalle de servicios ofrecidos, así como catálogos de productos y oferta de obras de arte. Sería importante también, para quien no es conocedor de arte, se ofrezca dentro de la tienda mayor información sobre las obras. En momentos como este, en el que existe poco movimiento tanto en los museos como en las tan pocas galerías que quedan en la ciudad, es cuando espacios como el de Ángela y Mónica aportan al arte local y ayudan a los artistas a mantenerse a flote. Este es uno de esos espacios que quienes nos desenvolvemos en el medio queremos que funcionen así por siempre. (O)