Daniel Adum: 'Nunca le digo que no a nada'

El artista visual Daniel Adum Gilbert debuta como actor, dirigido por Sebastián Cordero en la cinta Sin muertos no hay carnaval. Él asegura estar listo para ‘surfear esta ola’.

Él nunca habría tenido los conflictos de su personaje, asegura Daniel Adum Gilbert, artista plástico que debuta como actor en la película Sin muertos no hay carnaval del director ecuatoriano Sebastián Cordero.

“Si a mí me hubiera tocado la vida de Emilio (Baquerizo Plaza) yo les decía a todos lo que tenía que decirles y ya; pero él se lo calla, se lo traga y lo mantiene en secreto para él, mientras trata de resolver”, comenta Adum sobre la personalidad del protagonista. “Es de una buena familia, es un tipo mediático y tiene que cuidarse del qué dirán y tener cierto ‘almidón’ en su personalidad. Es un aniñado buen dato, pero tiene muchas cargas y eso es lo que se ve en la peli”, agrega.

Pero sí hay algo que lo conecta a su rol: la sensibilidad de su personaje. Daniel se califica a sí mismo como alguien con una gran sensibilidad, la cual ha buscado siempre traducir en manifestaciones plásticas, artísticas, fotográficas... Este año, al sumarse a quienes trabajan para la pantalla grande, ve en la actuación una nueva herramienta para expresarse.

“Mis padres me llevaron mucho a la playa, desde pequeño, y esas experiencias marcaron mucho mi forma de ser y de ver la vida”. Hoy, Daniel vive en la playa (renunció a la ciudad) en la casa donde creció.

En la cinta, cuyo tema central es el tráfico de tierras, Daniel comparte créditos con Andrés Crespo (también guionista),

Víctor Aráuz, Erando González y Maya Zapata (de México), María Josefina Viteri, Alejandro Fajardo, entre otros actores. Una de sus principales locaciones fue el barrio Tres Bocas, de Monte Sinaí, donde rodaron por dos semanas.

Convertirse en Emilio

Al principio no se creía nada. “Me llamaron para el casting, fui y ¡de una!, léete esto, dale, improvisación pura, y otro casting, otro casting luego...”. En este punto, ya se le hacía sospechoso, ¿por qué lo llamaban tanto? “¡Y era una película de Sebastián Cordero a quien admiro desde Ratas!”, recuerda trayendo también de vuelta la cara de sorpresa que lo acompañó durante el proceso.

Hasta que en diciembre de 2014, durante un almuerzo, Sebastián le reveló que había sido escogido para el papel. (Pocos minutos antes de esta entrevista, Daniel se enteró de que hubo otros 20 ‘Emilios’ antes de que Sebastián se decidiera por él). “Fue así, nunca le digo que no a nada, no tengo miedo”, afirma.

A inicios de 2015, Adum viajó a México a participar de un taller de actuación con Bertha Navarro, una de las productoras de la película y al volver, comenzaron las reuniones con Sebastián y Andrés para construir su personaje.

“Estar en el set sí fue duro. Porque allí hay un proceso, no es tan espontáneo como una improvisación para el casting. Hay que ceñirse al guion. Eso es bastante serio, es un juego serio porque hay miles de dólares alrededor tuyo y tienes una responsabilidad”, dice. “Pero cuando has pasado 5 meses pensando en el personaje, en su personalidad y te visten como él, te peinan como él y tienes sus diálogos, sabes que no hay otro Emilio, más que tú. Estás viviendo su historia”.

Artista ‘sinceptual’

Daniel se graduó como Comunicador Social de la Universidad Casa Grande (entonces Mónica Herrera) y siempre ha estado vinculado a las artes. “Soy un artista sinceptual. Es lo que he inventado para darle una valoración racional a mi trabajo”, expresa.

Entre los artistas que lo identifican menciona a Andy Warhol (por su manera de utilizar la comunicación y la publicidad a favor del arte), Dalí, Picasso, Miró y, localmente a Aracely Gilbert (está en mi árbol genealógico y siento que heredo un poco de ella). Aunque se inclina mucho por la pintura tradicional, no se limita a esta técnica. “Me gusta usar todas las técnicas que pueda. Siento que la expresión va mucho más allá de las herramientas que puedas utilizar. Me atrae la creación, en general”, dice el hombre cuya trayectoria nos recuerda que sin arte no hay vida. (D.L.A.) (I)

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