El legado de Rob Stewart
El cineasta, submarinista y ecologista Rob Stewart falleció el 31 de enero; dejó un legado.
Su imagen fue portada de La Revista del domingo 8 de junio de 2008. Tuvimos el gusto de destacar al canadiense Rob Stewart como un personaje de trascendencia ecológica global como autor del documental Sharkwater, que expone la forma en que la cacería ilegal está llevando a los tiburones hacia la extinción.
Ecuador tuvo mucho que ver en esa decisión, ya que como fotógrafo se encontraba tomando imágenes en las islas Galápagos, en donde descubrió una descontrolada pesca ilegal de esos escualos. El experto intentó alertar a la opinión pública a través de los medios de comunicación, pero al no obtener el resultado deseado, abandonó sus funciones como fotógrafo y a la edad de 22 años emprendió un proyecto fílmico que le tomó cuatro años para recorrer las aguas de doce países.
Así exhibió en el 2006 ese documental que lo hizo ganador de una treintena de premios y que llevó su voz a infinidad de medios de prensa de todo el mundo.
Su compromiso por el cuidado de los océanos y su rol como activista ambiental lo impulsaron a la realización de un segundo documental: Revolution. “El problema del cambio climático parecería centrarse siempre en la superficie terrestre y en verdad sus principales consecuencias se advierten primero en el océano”, decía el joven en ese trabajo.
Escribió dos libros, Sharkwater: una odisea para salvar el planeta y Salven a los humanos; y continuó con su actividad dando charlas alrededor del mundo a partir de su experiencia.
Respeto al protector
Su entusiasmo por ayudar a esa especie lo motivó a producir la segunda parte de ese trabajo cinematográfico. “Estoy feliz de filmar #sharkwater2 con los mejores equipos del mundo. Por primera vez puedo mostrar los tiburones a través de mis ojos”, escribió Stewart en su última foto en Instagram, poco antes de desaparecer en el agua, y ser hallado tres días después por un buzo aficionado.
Stewart dejó el legado de cuidar a todas las especies, incluso a las más peligrosas, porque en todas hay un equilibrio que ayudará a salvar a los humanos. (I)