'La culpa es de las vacas flacas'
Pablo Arosemena Marriott y Pablo Lucio Paredes son los autores de este libro. Los reunimos para conversar –en confianza– sobre ahorro, gasto, derroche, caprichitos y prudencia.
Los dos Pablos se consideran planificadores, responsables y previsivos en temas económicos. Lógico, ambos son graduados en economía. Pero tomando un chocolatito caliente se sienten lo suficientemente relajados como para contar que han tenido sus felices resbalones.
Pablo Lucio Paredes sonríe al contar su historia, porque dice que su esposa siempre se la recuerda. “Ocurrió hace unos 20 o 25 años. Acabábamos de tener a nuestra primera hija. Poseíamos un carro San Remo que nos habían regalado mis padres, y queríamos cambiarlo por un vehículo nuevo. Pero ningún modelo nos interesaba demasiado. Un día venía manejando y en una luz roja veo pasar el último modelo de BMW. Me encantó. En ese momento manejé hasta esa casa comercial a preguntar por ese carro. Su precio estaba muy por encima de mis posibilidades financieras, pero me dije ‘¡qué carajo!, me lanzo’”.
Y se lanzó. Solicitó un préstamo bancario a cinco años y compró el automóvil, en color morado, como un elegante dinosaurio Barney, porque era el que estaba disponible en pocas semanas. “Gozamos mucho ese auto”, indica él sobre ese gustito que, en esa ocasión, lo motivó a ignorar su espíritu previsivo.
Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, también tiene sus deslices económicos. “Un día a la semana, a mi esposa y a mí nos gusta salir a cenar a la calle, para compartir solos en pareja, para reírnos, para conversar de lo que ha pasado en la semana en la casa, con nuestros hijos. Es un pequeño lujo, pero también es un momento especial para ambos”. Esa es una manera de sentirse bien, porque el dinero está para saborearse, siempre sabiendo cuánto puede estirarse un billetito.
Las vacas son inocentes
Esas historias son personales; no están en su libro La culpa es de las vacas flacas, que, entre otras reflexiones, invita a los ecuatorianos a ser planificadores en tiempos de vacas gordas.
¡Ojo! Los Pablos no tienen una obsesión con las reses. Pero quizá sí con las sabias metáforas que se desprenden de ellas y que en ese texto los ayudan a analizar temas macroeconómicos, como fondos petroleros, bonanza, ahorro, gasto y despilfarro, pero de una manera cercana a la gente común.
La primera metáfora hace referencia a la historia bíblica de José, quien interpreta un sueño del faraón de Egipto sobre siete vacas flacas que se comen a siete vacas gordas.
José predice que luego de siete años de prosperidad (representados por las vacas mofle) vendrían siete años de hambre (vacas flacuchentas). Por ello, el joven le recomendó al gobernante administrar correctamente las abundancias de los años de prosperidad y así tener una reserva para los tiempos de hambre. “Esa es la primera gran enseñanza que se aplica a cualquier ser humano, no solo a los gobiernos”, indica Pablo Lucio Paredes.
La segunda metáfora rememora el título del libro de autoayuda La culpa es de la vaca (2008), que contiene historias recopiladas por los colombianos Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal, y cuyo título ironiza sobre la importancia de que un líder sepa responsabilizarse de sus actos.
“En economía, así funciona el pensamiento liberal. Pablo Lucio Paredes y yo somos liberales. Si se toman buenas decisiones, se tiene derecho a ganar dinero y prosperar, pero si fallamos, debemos asumir la responsabilidad, aprender y seguir creciendo”, agrega Arosemena.
Echar la culpa a los demás es parte de la cultura latinoamericana. “Maradona es el gran ejemplo de ello. Cuando jugaba bien era su mérito, pero cuando fallaba era culpa del árbitro, del entrenador, de los periodistas…”, añade Lucio Paredes, mientras que la cafetería en la que nos encontramos recibe a más clientes también deseosos de un momento de relax frente a una taza caliente.
La tarde se convierte en noche. La calle se oscurece. Así también puede ocurrir con el futuro de cada persona que, por confiar en factores externos, no lucha por su bienestar económico. “Eso ocurre cuando confiamos que nos regalen cosas”, dice Lucio Paredes.
Irónicamente, la bonanza del petróleo puede traer ese perjuicio a un país, generando ciudadanos que para su bienestar dependan de subsidios u otros regalos del Estado. Similar impacto negativo ocurre en la persona que ingresa en una zona de confort debido al dinero que recibe de los padres, de su cónyuge, de una herencia o de un buen negocio del pasado.
El zapatazo para despertar
Esos análisis traen beneficios a cualquier ciudadano. Pablo Arosemena conoció así a su coautor, cuando Pablo Lucio Paredes fue su profesor en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
Pero Arosemena considera que las mayores lecciones llegan fuera del aula de clases. Su mayor recuerdo viene de una anécdota que él llama ‘El zapatazo’.
Ocurrió cuando tenía unos 11 años de edad y ayudaba en el almacén propiedad de su abuelo. “Me habían pedido que hiciera un trabajo en la bodega. Cuando lo terminé, me senté porque estaba desocupado. Entonces, de la nada siento el golpe de un zapato volador. Mi tía, a quien quiero mucho, me lo había lanzado para después preguntarme qué estaba haciendo. Le dije que nada, que ya había terminado lo que me habían solicitado. Entonces ella me dijo algo que siempre recuerdo: Los mediocres hacen solo lo que se les pide. Las personas exitosas siempre hacen algo más”.
Esa filosofía es parte del pensamiento liberal. El individuo debe mostrar iniciativas para mejorar su situación personal y la de su entorno.
“Hay que salir a luchar en el mundo, y los líderes deben ser ejemplos de ello”, dice Pablo Lucio Paredes, quien coincide con Arosemena en que, a veces, un buen zapatazo sorpresa puede despertarnos de ese sueño de confort que quizás nos mantiene como vacas flacuchentas. (I)
LOS AUTORES
Pablo Arosemena Marriott. Doctor en Economía por el Instituto Universitario Eseade (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas), de Buenos Aires, y magíster en Acción Política por las universidades Francisco de Vitoria y Rey Juan Carlos de Madrid (España).
Pablo Lucio Paredes. Doctor en Economía Aplicada por el Instituto de Estudios Políticos de París, magíster en Física Nuclear por la Facultad de Ciencias de la Universidad de París, columnista de EL UNIVERSO y director del Instituto de Economía de la Universidad de San Francisco de Quito.