¡Sensacionales!
Agustín Febres-Cordero Rosales, creador del recordado Torneo de Celebridades Pancho Segura, rememora a su gran amigo e inspiración deportiva.
Ambos jugaron dobles en repetidas ocasiones. Para disfrutar entre amigos de este deporte que marcó sus vidas. Pero un partido que el empresario Agustín Febres-Cordero recuerda especialmente junto a su amigo Pancho Segura Cano fue para enfrentar al actor Charlton Heston, en su casa de Hollywood. “Nunca pensé que llegaría a jugar tenis en la casa de una leyenda del cine. Todo gracias a Pancho”, indica Agustín, quien en esos dobles jugaba a la derecha. “Pancho iba a la izquierda”.
Pancho Segura era magistral para colocar las pelotas en la cancha, indica. “Las ponía donde le daba la gana. Él no tenía necesidad de pegarle muy fuerte, sino que era mayormente colocación. Eso descontrolaba a cualquier rival”. Incluso a Charlton Heston y su acompañante, porque les ganaron en el encuentro.
También jugaron tenis en las casas de Kirk Douglas y de Kenny Rogers, invitados porque Pancho Segura era un reconocido instructor de celebridades de Hollywood, además de ser muy querido por todo quien llegaba a conocerlo, comenta Agustín al consultarle por alguna anécdota que vivió junto a su buen amigo, quien falleció a los 96 años el domingo 19 de noviembre en California, donde residía.
El gran torneo
El país entero recuerda la gran trascendencia que adquirió el Torneo de Celebridades Pancho Segura, celebrado en el Guayaquil Tenis Club desde 1984 hasta 1995. “Fueron doce años de trabajo intenso. Cada torneo requería unos ocho meses de organización”, indica Agustín, mejor conocido como Sensación Febres-Cordero. Lo llaman así desde muy joven, recuerda, porque alguna vez un amigo le dijo que todo lo que se realizaba llegaba a causar asombro y que dejaba huella.
Evocar tal competición, que trajo a la urbe porteña a las estrellas más importantes de Hollywood y América Latina de esos años, lo lleva inmediatamente a recordar a su amigo de toda la vida. “Pancho Segura era buen amigo de mi padre (Agustín Febres-Cordero Ribadeneyra) y de toda mi familia. Esa amistad de toda la vida nació en el Guayaquil Tenis Club”, comenta Agustín sobre aquel deportista que tuvo mucho que ver con el inicio de aquella exhibición tenística con figuras de la pantalla.
“En 1983, Pancho me había invitado a asistir a un torneo en California con celebridades, realizado para recaudar fondos para ayudar a niños paralíticos. Entonces se me ocurrió organizar un evento similar en Guayaquil, con fines benéficos para las clases más necesitadas”. Y allí comenzó todo. Ese primer torneo fue el más difícil de organizar. “Nadie creía, pensaban que era una falacia”. Pero Agustín se empeñó de manera comprometida a cumplir con ese desafío.
Para ello, necesitaron buenos contactos con la industria del entretenimiento de Estados Unidos. La figura de Pancho Segura fue fundamental, ya que era muy respetado por varias estrellas de cine. Y además le presentó a varios coordinadores que se encargaban de apoyar en la organización de torneos de ese tipo, los cuales eran populares en ese país norteamericano.
Ese gran tenista ecuatoriano era todo un personaje dentro y fuera del campo, dice Agustín. “Pancho era un tipo alegre, jovial, siempre amable, muy bromista, contando cachos. También lanzando piropos a las damas, pero respetuoso”. Agustín no recuerda haberlo visto nunca de mal humor. “Siempre sonreía. Lo suyo era la alegría. Era un hombre con un carácter extraordinario”.
El grande de la raqueta
Francisco Segura Cano es uno de los grandes nombres del tenis mundial. Nació en Quevedo el 20 de junio de 1921, iniciándose en el tenis, primero, como pasabolas del Guayaquil Tenis Club. Pero su talento, ubicación y su golpe preciso con dos manos lo convirtieron en el mejor tenista amateur de este país entre 1942 y 1947, pese a sus limitaciones físicas (tenía las piernas torcidas), y llegó a ganar dos veces el campeonato mundial profesional en dobles y tres coronas mundiales como profesional de singles. También fue campeón bolivariano y sudamericano y ganó más de veinte títulos en EE.UU.
Por ello, el Torneo de Celebridades Pancho Segura tenía el aval de estar respaldado por ese gran nombre del deporte. “Las estrellas venían sin cobrar un solo centavo. Llegaban para realizar una labor humanitaria. Y como gancho también los invitábamos a conocer Galápagos”.
Así se sumaron grandes nombres desde las primeras ediciones, como Cathy Lee Crosby (de la serie televisiva ¡Es increíble!), James MacArthur (Hawái 5-0), Robert Culp (Soy Espía, Superhéroe por accidente), Richard Anderson (El hombre biónico) y Lyle Waggoner (de la serie La Mujer Maravilla de los 70).
Dos años después comenzaron a llegar estrellas de América Latina, como Fernando Carrillo, Catherine Fulop (los más sencillos y carismáticos), Guillermo Dávila, Karina, Carlos Mata, Jeannette Rodríguez, Jean Carlo Simancas, Andrés García, María Conchita Alonso y Guillermo Capetillo, entre otros. “Los latinoamericanos se conectaron de manera increíble con el público. Por las novelas tenían gran acogida. Fue un gran acierto invitarlos”.
El torneo se jugaba en partidos de dobles, mezclando a un artista con un tenista ecuatoriano. Pero siempre la estrella principal era Pancho Segura, explica Agustín, ya que el icónico deportista disputaba juegos que eran muy aplaudidos por los asistentes, demostrando que conservaba su gran técnica.
Agustín Febres-Cordero guarda un gran recuerdo de su amigo e instructor, ya que Pancho Segura fue su entrenador por varios años. Actualmente, Agustín sigue entrenando tenis, cada lunes, miércoles y viernes por la tarde y noche. “Lo hago para mantenerme saludable, en buena condición física; también para relajarme”, pero sin duda en esas prácticas también funcionan para rememorar aún mejor todos aquellos consejos y enseñanzas deportivas que le dejó su buen amigo.
Y también lo motiva a considerar la posibilidad de organizar en el futuro una edición extraordinaria del Torneo de Celebridades, en compañía de su hijo mayor, Agustín Gabriel, de 39 años. “Ese es un importante proyecto que tengo en mente”, dice Agustín, “y sería una manera de seguir homenajeando a nuestro querido Pancho Segura”. (M.P.)
Monumento
El Guayaquil Tenis Club desea inmortalizar la imagen de Pancho Segura a través de un monumento ubicado en su sede de 9 de Octubre y Lizardo García. “La primera intención era realizar un busto, aunque posteriormente el directorio propuso el proyecto al Municipio de Guayaquil”, indica Laura Villanueva, ejecutiva de Relaciones Públicas del Guayaquil Tenis Club, quien agrega que el nuevo proyecto apunta ahora a una estatua de tamaño natural. “Ahora el directorio está esperando la decisión de la Alcaldía”.
De ser aprobada esta iniciativa, el Municipio se encargaría de decidir la localización de la estatua, de escoger el material y de elegir al escultor. Sin embargo, la propuesta del Guayaquil Tenis Club sugiere que la escultura muestre al mítico Pancho Segura realizando su emblemático golpe con dos manos.
Pancho era un tipo alegre, jovial, siempre amable, muy bromista, contando cachos. También lanzando piropos a las damas, pero respetuoso. Lo suyo era la alegría. Era un hombre con un carácter extraordinario”.
Agustín Febres-Cordero