¿La cultura en las catacumbas?
Símbolo de la vanguardia, provocador, fuerte y vulnerable a la vez, Fernando Arrabal, el artista total que ha cruzado todos los ismos del siglo XX, asegura que la cultura “vive un momento vibrante, como siempre, pero la cultura tiene que estar en las catacumbas y no tiene por qué ir más allá”.
“Platón –explica a Efe el escritor– se quejaba de que la gente no iba al teatro cuando tenía a Sófocles o Eurípides, y de que prefería ir a los juegos, y en uno de sus diálogos Platón dice que un cura egipcio, al oír a los filósofos hacer esos comentarios, les dijo: Ustedes, atenienses, son como niños, y yo creo que sí, que somos como niños, siempre diciendo lo mismo y quejándonos”.
Es que para Fernando Arrabal, de 81 años y todavía en proceso de recuperación del accidente cardiovascular que sufrió en noviembre pasado, “a lo largo de la historia siempre hemos pensado que la cultura, y todo lo demás, iba mal”.
El novelista, pintor, realizador de cine y amante de las matemáticas y el ajedrez está estos días en Madrid para asistir al estreno mundial de su última obra dramática, Dalí versus Picasso, en la que el autor enfrenta en escena a los dos genios en un intenso montaje.
Arrabal, que vive en París desde 1955, deja claro que no quiere volver a España, pero que tampoco se siente francés. “Ni francés ni español”, sino en su propia casa interna. “Vivo en el exilio, en la otra orilla. El artista tiene que tener su propia casa”, apunta.
Un día, Houellebecq (el escritor francés amigo suyo y otro artista irreverente) me dijo que escribía mejor en francés cuando nadie hablaba francés a su alrededor, y yo igual creo que escribo mejor en español cuando nadie habla español”, explica el autor de El arquitecto y el emperador de Asiria o Carta de amor.
Fernando Arrabal (1932, Melilla África), pasó su infancia en Ciudad Rodrigo, donde se trasladó con su madre tras el arresto de su padre por no querer sumarse a la rebelión militar franquista en 1936 y mantenerse fiel a la República.