Las coqueterías de Eugenio Aguirre
Aunque su obra Marieta, no seas coqueta es fiel a la verdad, el narrador Eugenio Aguirre se tomó licencias al escribirla y en una de ellas se metió en la novela y suplantó al abuelo de Adela, símbolo de las mujeres de la Revolución mexicana. “Cuando la leyó, mi mujer me reclamó que Rafael Valverde actúa con Adelita como yo con mis nietos Oliver, Emiliano, Juliet y Nicole, hay algo de cierto en eso”, reconoció el autor de 70 años.
Con un lenguaje sin pajas y un manejo preciso de los datos duros, Aguirre contó la historia de las llamadas “soldaderas” de la revolución que a partir de noviembre de 1910 pelearon sin complejos al lado de los temidos militares y llegaron a superar a algunos con las armas de fuego.
Inspirado en la frase de la canción que dice “Marieta, no seas coqueta porque los hombres son muy malos”, el escritor utilizó como pretexto al personaje de la revolución, María del Carmen Rubio, y en 25 capítulos narró desde el punto de vista de la ficción las hazañas militares, humanas y sexuales de ellas. “Respeté la verdad. La frase de la canción me pareció seductora, atractiva, pero esta no es la novela de Marieta, sino de todas ellas cuyas proezas fueron asombrosas”.
En los inicios de la novela, el abuelo de Adelita muestra un amor filial por la niña, le celebra su espíritu de superación y la apoya cuando a los 12 años abandona la casa para unirse a la revolución acompañada de Antonio del Río.
Como parte del ejército del general Pascual Orozco, Adela sobresale por su puntería, por ganarse el respeto y mantenerse alejada de las orgías sexuales. A partir de su figura, el autor combinó lo real con lo fantástico y retrató a mujeres como Marieta, Valentina Ramírez, María Pistolas o Petra Herrera, una marimacho que se hizo llamar Pedro y no respetaba ni al duro Pancho Villa.
Aguirre desvela las sediciones entre los héroes de la revolución, las indisciplinas y saca el lado humano de militares prestigiosos. (I)