Fascinación equina
En la ciudad ahora existe una tienda donde los fanáticos de la equitación encuentran monturas y otros aderezos.
Aunque parezca extraño, es cierto. En pleno centro de la ciudad está La Casa del Caballo. Cuando uno pasa raudo por la calle Primero de Mayo, ve esa fachada de madera en forma de una pesebrera.
El otro día este curioso cronista descendió del taxi y averiguó la historia de esa casa equina que cabalga en Guayaquil.
Todo comenzó cuando Mercedes María Guzmán Maspons leyó en los Clasificados de EL UNIVERSO que en Quito vendían una tienda completa de artículos de equitación. Sin pensarlo dos veces, viajó y la compró toda.
Ella, que se define como más guayaquileña que el guayacán, a sus 56 años hizo realidad uno de sus deseos: “Siempre tuve el sueño de tener un almacén donde vender todo tipo de monturas y ahora prácticamente a la vejez lo he conseguido. Antes había que ir a la Sierra a comprar esas cosas buenas. Ahora ya no, porque las tenemos en La Casa del Caballo de Guayaquil”.
Cuenta que su afición por los caballos –llegó a tener trece, ahora por falta de tiempo solo tiene una yegua– la heredó de su padre Enrique Guzmán Sánchez, quien era jinete y jugaba polo. Su madre, embarazada, viéndolo jugar desde la tribuna se emocionó tanto que la llevaron a la maternidad, así nació Mercedes, quien antes de caminar, cabalgaba: “Me trepaban a un caballo, me amarraban las piernitas a los estribos y me hacían dar vueltas”.
Siempre Guzmán Maspons en sus viajes al extranjero visitaba las tiendas especializadas en implementos de equitación y regresaba cargada.
Finas monturas y mucho más
En junio del año pasado abrió La Casa del Caballo. La tienda está decorada de la manera más criolla posible con elementos naturales de la Costa y en el centro del local flamea la bandera de Guayaquil.
Ofrece todo tipo de monturas: para trabajar, pasear y deporte. Para niños y adultos. Monturas ecuatorianas, latinoamericanas, norteamericanas y europeas. Las nacionales, las de cuero son de la Sierra, y las costeñas de madera, como la tradicional de palo de mango que es la más económica$ 60 hasta la montura fina mexicana $ 600.
Además ofrece todo tipo de aderezos y accesorios tanto para el jinete como para el caballo.
Para los amantes de la equitación hay sombreros, guantes, cinturones, botas, carrieles, fustas. Para el caballo: pecheras venezolanas, cinchas, baticolas, estribos, espuelas, champú, rinse.
Mercedes María Guzmán comenta que si la clientela aumenta y dispone de más tiempo libre, le gustaría ampliar la tienda o abrir una sucursal en la vía a la costa.
Los que atienden la tienda –de lunes a sábado de 09:00 a 17:00– son Carmen Bohórquez y Fernando Hernández. Ella recuerda que el primer cliente fue un hacendado de Valencia, Los Ríos. Por su parte, Hernández, oriundo de Samborondón y conocedor de la materia porque creció en una hacienda, dice que la mayoría de los clientes son deportistas y hacendados. Afirma que últimamente la afición por la equitación ha aumentado porque de 200 a 300 jinetes participan en las cabalgatas que organizan las asociaciones ganaderas de Guayas, Los Ríos y Manabí, las que se llevan a cabo a partir de mayo hasta enero. “En ese tiempo todos empiezan a prepararse y vienen tras monturas, botas, riendas, acomodan a sus caballos o vienen tras un equipo completo”, dice quien asevera que los mejores clientes de la tienda son de La Puntilla. La Casa del Caballo cabalga a paso firme en Guayaquil.
La Casa del Caballo: Primero de Mayo 106 y Pedro Moncayo. Telf.: 231-0004.