Paseo por la gráfica popular costeña
Crónica fotográfica de anuncios, murales y propaganda en vías de extinción del Guayaquil profundo.
La gráfica popular es una voz que grita y se exhibe en nuestras calles. Bajo el sol y la luna. Bajo la luz de un bombillo de escasos voltios. Siempre sobre la piel de muros y paredes del Guayaquil profundo y pueblos cercanos.
En la gráfica popular existen diversos modos, tipos o técnicas de expresión, pero esta travesía solo se preocupa de fotografiar letreros y murales artesanales, tradicionales y populares porque ellos están desapareciendo por el auge de la publicidad de última tecnología y por normativas, del uso del espacio público, emanadas por los gobiernos locales.
La gráfica popular está hecha a mano por artesanos criollos que laboran con una gran dosis de creatividad, empleando –en algunos casos– una paleta de colores alucinados, tropicales y está impulsada por esa chispa costeña de anunciar, decir, dibujar y sazonar nuestras realidades con un ají picante. Pero siempre bajo la sombra de una tradición ecuatoriana y costeña al momento de anunciar, ofrecer o promover: eventos, productos, servicios y diversos asuntos.
La gráfica popular porteña está siendo de a poco desplazada del Guayaquil regenerado hacia los sectores alejados. En esas paredes distantes del centro comercial aún grita, ríe, anuncia y se exhibe con su marca y sello propio: Hecha en Guayaquil. Pero tal vez en la próxima campaña, esa huella digital tan nuestra desaparezca bajo los afiches y brochazos de diversos colores ideológicos y políticos. Antes que eso ocurra demos un breve paseo por nuestra gráfica popular.