Regreso al aula con seguridad y prevención

24 de Abril de 2016

El terremoto que el sábado anterior (16 de abril) sacudió varias provincias ecuatorianas provoca que los centros educativos estén preparados para proteger a sus alumnos cuando retornen a clases.

No se trata de vivir con miedo. Nada de eso. Pero sí de mantenernos prevenidos, alertas. Y, sobre todo, que directivos, profesores y estudiantes sepan cómo comportarse en el caso de un nuevo movimiento telúrico. Aquí unas recomendaciones de la Cruz Roja Ecuatoriana.

Antes del sismo

• Coordinar entre autoridades y docentes la manera de reaccionar y organizar un plan de respuesta y evacuación para comunicarlo a los alumnos.

• Identificar sitios seguros, salidas de emergencia y evitar obstáculos en esos espacios.

• Fijar a la pared libreros, estantes, cuadros u otros objetos para que estén bien asegurados.

• Reubicar objetos pesados que puedan caerse, como tanques de agua, tableros, macetas o calentadores de agua.

• Preparar en el aula una bolsa de emergencia que contenga un botiquín de primeros auxilios, radio de baterías, velas y fósforos.

Durante el sismo

• Mantener la calma es lo más importante. No correr. No gritar. No empujar.

• Activar el plan de respuesta y dirigirse ordenadamente a las salidas de emergencia rumbo a espacios abiertos, como los patios o las canchas deportivas. No utilizar elevadores.

• En el caso de permanecer en el aula, alejarse de las ventanas, cristales, cuadros, plantas colgantes, libreros, repisas y otros objetos que puedan desprenderse.

• Colocarse en un lugar seguro, quizás junto a una mesa o escritorio firme, ya que al caer un objeto sobre ellos se forma el denominado “triángulo de vida”. Luego agacharse y cubrirse la cabeza con los brazos y colocarla entre las rodillas. También se consideran zonas seguras los pilares, muros estructurales o exteriores de elevadores.

• Evitar gradas, en lo posible, pues pueden estar congestionadas por las personas que desean ponerse seguras.

• Alejarse de postes, avisos luminosos, cables y muros cuando ya se encuentre en espacios abiertos. Estos pueden representar una amenaza si se desploman.

• Las personas que se encuentren en un vehículo en movimiento deben estacionar el carro en un lugar seguro, alejado de postes, puentes, pasos peatonales y otros objetos que puedan caer. Mantener la calma en el interior.

Después del sismo

• Revisar que los alumnos y profesores se encuentren en buenas condiciones.

• Revisar si el inmueble resultó con daños en su estructura, porque puede convertirse en una amenaza para las personas.

• Acogerse estrictamente a las fuentes oficiales de información. No propagar rumores que puedan crear pánico. Las redes sociales funcionan para difundir hechos en estas situaciones, pero también son utilizadas por gente inescrupulosa que genera información impactante y falsa para volverla viral.

• Alejarse de los edificios dañados y postes. También evitar pisar cables caídos.

• Verificar la estabilidad de repisas, estantes y libreros; abrirlos cuidadosamente, ya que le pueden caer los objetos encima.

• En caso de quedar atrapado, conservar la calma y tratar de comunicarse con el exterior golpeando con algún objeto. (M.P.) (I)

La voz del psicólogo

Precaución sí, miedo no

¿Cómo afecta a un joven o niño haber vivido el terremoto anterior y ver en las noticias las pérdidas humanas y daños materiales? Es una pregunta compleja que responde el psicólogo clínico y organizacional Samuel Merlano Medrano: “Afecta fuertemente en la parte emocional, a tal punto que le puede dar ansiedad, depresión, insomnio, pesadilla, entre otros síntomas. En el proceso educativo puede mostrar desinterés, retraimiento, problemas de la memoria y de la comprensión, entre otras consecuencias”.

Los orientadores, directivos de centros educativos y docentes deben tener en cuenta esta posible situación.

Por ello, cabe otra pregunta: Desde los centros de estudios, ¿cómo recuperarnos después de haber vivido ese terrible capítulo? “Es fundamental que tanto los padres como los profesores y las autoridades expliquen cómo se produce el fenómeno del terremoto de una manera científica (por ejemplo, al indicar qué son los choques entre las placas tectónicas). Para ello, es buena idea usar videos o invitar a expertos en el tema. Además, explicar qué otros países que han sido víctimas de terremotos, como Chile y Japón, pudieron superar la tragedia y ahora sus habitantes viven vidas normales. También resulta importante realizar simulacros para que los alumnos se acostumbren a escuchar sobre fenómenos como estos y sepan cómo actuar en caso de producirse”, explica el experto. Él agrega que cuando las personas aprenden en detalle cómo se produce el fenómeno sísmico, así logran discernir qué es verdad y qué es mentira sobre los comunicados en las redes sociales.

Esto no significa que los niños y adolescentes deban vivir con miedo, pero sí con prevención. “Debemos tener precaución para lograr una supervivencia básica frente a las fuerzas de la naturaleza”, dice Merlano.

El sentimiento de precaución es muy válido, ya que nos lleva a tomar resguardos, a analizar una situación antes de actuar, a tener cuidado, a evitar riesgos innecesarios, nos activa el raciocinio para actuar mejor.

Sin embargo, el miedo nos paraliza, puede estancarnos. La prevención debe ser una actitud entre los seres humanos, y amerita que sea inculcada en los niños y jóvenes de hoy, concluye el psicólogo.

Contacto: sammerlano@yahoo.com, consultapsicologica@hotmail.com, 099-156-5919.

 

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