Marcelo y Larissa Marangoni
Escultora, pintora, experta en salud pública, diseñadora de parques y trofeos. ¿No le da miedo ser una auténtica todóloga?
Bueno es ser todóloga. Ayuda a emanciparse. Si se daña algo en casa, sé cómo repararlo.
Algo que no haya realizado y que le gustaría hacer.
Muchas cosas están pendientes o en lista de espera. Los astros tienen que alinearse para que se cumplan algunos sueños.
¿Se puede vivir del arte? ¿Ser pintor o escultor en Ecuador es como ser torero en Japón?
Sí se puede vivir del arte, siempre y cuando uno sea todóloga, como usted dice que soy. Hay que practicar la curiosidad y la avidez por aprender de todo. Pienso, además, que pronto los toros japoneses tendrán más casta que los españoles.
¿Es verdad que los verdaderos artistas plásticos no mueren sino que se suicidan?
Históricamente ese ha sido el patrón. Ahora son más conscientes, más pragmáticos, menos egoístas, menos dioses.
¿Hasta lo más asqueroso del arte –como la pornografía– sigue siendo arte?
Depende de cómo lo presenten y en qué contexto lo ubiquen. Nada es asqueroso per se; depende de la mente de uno. Todo se puede exhibir, pero con respeto y con la obvia advertencia para el público infantil y adolescente.
¿Es Dios el más grande artista de todos lo tiempos?
¿Cuál Dios? Si el universo está en permanente expansión, ¿por qué es cada vez más difícil encontrar un sitio donde estacionar el carro? La verdad es que es raro encontrar un parqueo, a pesar de que el universo continúa expandiéndose hasta en las zonas regeneradas.
Nombre a cinco grandes artistas ecuatorianos de todos los tiempos.
No me gusta la frase “de todos los tiempos” porque implica que no habrá más artistas importantes. Hay muchos vivos y muertos: Solá, Velarde, Noboa, Aguirre, Proaño, Cardoso. Actualmente, en Ecuador hay muchos artistas de bajo perfil con propuestas muy interesantes.
Las curvas de una escultural mujer, ¿a quién pertenecen: a ella o al espacio que las delimita?
Le pertenecen a la mujer, porque es ella la que decide hasta dónde llega su espacio.
¿El año más abundante en producción artística es usualmente el año de mayor carencia de cosas materiales?
No exactamente. Lo que sí ocurre es que en momentos de carencia uno se vuelve más creativo para sobrevivir.
Situarse en el clasicismo es como llevar a una bella mujer a una fiesta; situarse en el barroco es como hacerle el amor a esa bella mujer. ¿De acuerdo?
Solo si a usted le gustaría no verla más. El barroco es muy cargado y lleno de matices dorados, de modo que su cita sería un fracaso.
Claude Bernard dijo: “El arte es yo; la ciencia es nosotros”. ¿Comparte esta opinión?
Sin duda, el arte es autobiográfico, pero necesita del plural para que se logre cerrar el círculo. Sin la mirada y sin el público, el arte no existe.
¿Qué quisiera que escriban en su epitafio?
Dar no es recibir.
¿Cuál será su alegato en el Día del Juicio Final?
Depende con quien me toque la entrevista.
¿Qué piensa hacer después de muerta?
No lo sé... Seguramente tomarla más suave.
Hágase una pregunta y contéstela.
¿Por qué busco tanto? Porque sé que en algún lugar encontraré lo perdido.