Carnes en pleno auge: Opción en Urdesa
“A Diego Rey, limeño de nacimiento, le seguí la pista desde que laboraba en el restaurante Nuvó, de ahí lo encontré en A la Mar, me dio gusto verlo ahora en La Carnicería de Chavela”.
No me agrada mucho el término carnicería que para mí evoca más bien carcasas de reses colgadas en el camal, quizás también porque se usa esa palabra cuando se habla de masacre o de terrorismo. Pero en fin una carnicería es simplemente un lugar donde se vende carne. En Urdesa, frente al parque central se instaló un restaurante con este nombre, añadiendo el de Chavela que me parece más pacífico.
Siendo un lugar para carnívoros me preocupó saber que solo servían carne nacional. Necesito ser muy preciso, decirlo sin ambigüedad: un bife chorizo argentino, uruguayo, un New York strip de Texas, un rib eye importado, serán siempre más sabrosos y totalmente diferentes de una carne nacional, el filo de grasa comestible y las estrías internas marcan una clara diferencia. Sin embargo, Ecuador ha progresado mucho cruzando razas bovinas como Angus y Brahman, hemos mejorado el tratamiento de la carne, los cortes, a veces la conservación y cocción al vacío. Lo justo es comparar la calidad de carne nacional servida aquí y la igualmente nacional que proponen en otros sitios.
No todo el mundo puede darse el lujo de comer una carne importada cuyo precio frisa los cincuenta dólares en lugares especializados. Quizás sea la razón por la que Diego Rey pueda ponderarme el evidente éxito del nuevo restaurante. Un corte especial de 400 gramos (para gente de buen apetito) se cotiza en $ 16,50, lo que suena muy razonable. Para cuatro personas una parrillada completa propuesta en $ 45,50 e incluye lomo fino, chuleta de cerdo, chorizo, morcilla, anticuchos y chinchulines.
La carne es suave, tierna, el cuchillo no encuentra nervios ni dificultad al cortar. Llega con una guarnición que puede ser de vegetales o de papas fritas. Hay una carta de vinos no extensa, pero suficiente, desde luego mucha gente opta por la refrescante sangría. Aprecié mucho que Diego pueda ofrecer en $ 25 la botella de Portal del Alto, un tinto agradable con toques marcadots de ciruela y madera, también me gustó la cerveza Estrella Galicia importada de España.
En La Carnicería podrán empezar su comida con un cebiche de champiñones, un carpaccio de lomo, un pulpo al olivo, tapas de roast beef, anticuchos, alitas de pollo en salsa barbecue.
A Diego Rey, limeño de nacimiento, le seguí la pista desde que laboraba en el restaurante Nuvó, de ahí lo encontré en A la Mar, me dio gusto verlo ahora en La Carnicería de Chavela. Hay facilidad de estacionamiento, el barrio es tranquilo, el personal es muy amable. En este mismo local funcionó durante varios años Villa Delizzia. Unos cuantos restaurantes quisieron instalarse frente al parque, ninguno tuvo buena suerte, entre ellos uno quiso lanzar en Guayaquil la cocina molecular.
Resulta preocupante la cantidad de restaurantes que nacen y desaparecen sin pena ni gloria. Villa Delizzia ofrecía una gama de productos interesantes: jamones, embutidos, panes, tenía una fabulosa colección de vinos, quizás no prosperó por no tener el chef adecuado. Sin embargo, de ahí surgió Irene González y ella demostró con su Il Buco que el éxito dependía de una buena administración.
Mi planilla por dos bifes de cuadril (400 gramos c/u) con papas fritas, ensalada, cheese cake de mora, helados surtidos, más cuatro cervezas fue de $ 62,63 más IVA (ahora de 14 dólares o sea $ 8,77). (O)