La novela del ADN

María Leonor comía sola en un restaurante, contenta, alegre y llevando el ritmo de la música. No se me pasó por un momento que una persona tan alegre, con facha de marinera y una cartera loca, podría estar en una misión: la prueba de ADN. Más abajo nos detalla, a lo CSI, qué sucedió en este atípico día para ella.

¿Qué onda con tu facha? Es superalegre.
Me gusta vestirme así. Vengo de una prueba de ADN, de una pareja. Pero ya me voy a Manta.

¿Trabajas acá o allá?
Soy de Manta.

¿Prefieres trabajar acá o allá?
Manta.

Dime por qué.
Mucho estrés aquí en Guayaquil. Hay más gente, por lo tanto, más problemas. En Manta hay menos juicios. Es más relajado.

Pensé que eras de acá. Está chévere la camiseta de rayas, tipo marinero. ¡Haciendo honor a Manta!
Fue algo al azar. Tenía que ser cómoda para viajar.

Vi que cuando estabas comiendo, zapateabas y llevabas el ritmo.
¡Sí! Es lo que se hace cuando una come sola. Así no me deprimo.

¿Pero por qué? Hay que saber llevarse bien con uno mismo.
Eso sí. Pero me gusta comer acompañada.

Cuéntame, ¿eres medio CSI o más burócrata?
No, soy solo una delegada. El juicio está en mi unidad y, por lo tanto, mandan a alguien que certifique que las partes comparecieron, entre otros.

Entonces no puedo indagar mucho sobre el tema...
No es nada del otro mundo. Le sacan la prueba al presunto padre, y si es, ¡es!

¿Y sí no es?
Se salvó de no pasar manutención.

¿Tiene cara de culpable este caso en particular?
No se compareció. No se pudo hacer la prueba.

¿Entonces te mandan de vuelta para acá para la segunda vuelta?
Por lo general sí.

Pensé que elegían a lo ‘zapatito cochinito’ a ver quién le tocaba venir.
Cada unidad de jueces tiene un ayudante y secretario. Cuando hay dos, ahí sí se turnan.

Ah, entonces no es un día normal de trabajo. Pensé que siempre te mandaban a cazar pruebas de ADN por todo el país.
Una vez al mes.

Eres alta. Además usas plataformas. Caradura.
¡Los tacos estilizan!

¿Te cuesta conseguir pareja de baile?
Complicada. Gracias a Dios, solo he sufrido ese mal una vez. Por suerte mis parejas siempre han sido altas. Pero una vez me gustaba alguien más patucho y me tocaba andar con zapatos bajos, ¡eso no duró nada! (E)

¿Qué le parece esta facha? Coméntenos