Un amén para el MET
El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York inauguró una exposición que relaciona la influencia del catolicismo en la moda.
Alojada en sus locaciones de la 5ª avenida y The Cloisters (un imponente claustro situado en Fort Tryon Park –Upper Manhattan)– el Museo Metropolitano de Nueva York (MET) expone Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination (Cuerpos Celestiales: Moda e Imaginación Católica), impresionante muestra de la enorme influencia que ha tenido el catolicismo no solo en la cultura en general, sino en el arte y la moda.
Al entrar, la música sacra ambientada prepara a los visitantes a ser testigos de una colección increíble, no solo de las creaciones de los grandes diseñadores, sino también de la iconografía católica a través de vestidos papales y artículos que jamás habían salido del Vaticano.
Las salas de Arte Medieval, Bizantino, Lehman Galleries y el Instituto de moda Anna Wintour son las vitrinas donde se aprecian diseños de Jean Paul Gaultier, Gianni Versace, Valentino, Yves Saint Laurent, Riccardo Tisci, Alexander McQueen, entre otros.
El curador de la muestra es Andrew Bolton, mano derecha de Anna Wintour, editora de Vogue EE.UU. Él ha reconocido que la exposición puede resultar “ofensiva” para aquellos católicos que creen que la religión no se debe mezclar con algo trivial como la moda, pero defendió que “la ropa es un medio fundamental para cualquier discusión sobre religión”.
El guía fue mi amigo Rafael Román, un abogado guayaquileño que vive allá. Mientras uno va avanzando, el montaje de luces y accesorios obliga a detenerse y repasar la huella que el catolicismo ha estampado en los trabajos de otros diseñadores Coco Chanel, Domenico Dolce, John Galliano, Christian Lacroix o Stefano Gabbana.
El Vaticano prestó al MET más de 40 vestimentas litúrgicas y que pueden verse en el Anna Wintour Costume Center. Entre los tesoros se incluye una asombrosa tiara en forma de huevo compuesta de tres coronas que fue un regalo de la reina Isabel II de España al papa Pío IX, cubierto con unas 19.000 piedras preciosas, la mayoría de ellas diamantes. También hay una vitrina que guarda un par de zapatos rojos (mocasines) elaborados por un artesano italiano llamado Loredano Apolloni, usado por san Juan Pablo II.
Justamente Bolton dijo al New York Times: “La muestra se centra en el imaginario católico como referente estético y revisa cómo artistas y diseñadores de todas las épocas se acercaron a estos elementos desde un punto de vista artístico y creativo: nunca sociológico ni teológico”.
En los pasillos la moda se fusiona con los tapices, muebles, artefactos y arte medievales del museo, mientras que abajo, en el Instituto de Vestuario (Costume Institute), los manteles ornamentados, mitras, cruces y otras piezas prestadas del Vaticano están aseguradas detrás de gabinetes de vidrio.
Si quiere ver la colección completa debe visitar los Claustros del MET, ya que allí constan los diseñadores más monásticos, como Madame Grès, Claire McCardell, Balenciaga y Geoffrey Beene, quienes se inspiraron en las diversas órdenes católicas. En los Cloisters la muestra se divide en trece exposiciones. “Eran arquitectos de la moda que usaban la tela de una manera que tenía que ver con el ingenio técnico”, señala Bolton en el catálogo de la exposición. “Algunas de las prendas que hemos seleccionado se relacionan directamente con la obra de arte dentro de las galerías, así que a través de yuxtaposiciones, creamos conversaciones entre la moda y las obras de arte religioso desde el siglo XIII, XIV y XV hasta el Renacimiento”.
Por si lo está pensando, en Heavenly Bodies no se exhiben los diseños que las celebridades como Rihanna, Madonna, Cardi B, entre otras, vistieron este año en la gala anual del MET bajo el tema Sunday Best. Fue parte del acuerdo entre el Vaticano y el MET de no mezclar lo uno con lo otro.
La exhibición se podrá ver hasta el 8 de octubre.