Celos normales vs. celos patológicos
En toda relación de pareja es inevitable sentir cierta dosis de celos, sobre todo al comienzo y especialmente si la otra persona tuvo una vida sentimental compleja. Es un periodo durante el cual el uno debe tratar de ir acoplándose a las sinuosidades de la vida del otro y respetar su pasado, en el sentido de no actualizarlo y dejarlo cada vez más atrás, intentando crear un presente agradable, estimulante (a fin de cuentas se supone que ese es el propósito de la relación). Habrá momentos, indudablemente, en que la mente asocie un evento, un lugar, una amistad (puede ser hasta una pieza musical), con alguien del pasado de la pareja y lo asalte un sentimiento de inseguridad. Aquí es necesario repetirse, hasta entenderlo, que el pasado es un muerto que no conviene revivir, y nadie debería desear crear un fantasma.
Ahora, si existen dudas sobre el comportamiento actual de la pareja hay que hablar claro y con evidencias. Si, por el bien de la relación, se estableciera que es necesario modificar la manera de manejarse con los demás, ambos deben hacer un esfuerzo por entender el punto de vista del otro. Usualmente la mejor vía es encontrarse en la mitad (nadie debe pensar que tiene la razón absoluta). Y ninguno debe esperar a que todo salga perfecto desde el comienzo; toda relación es un trabajo en necesidad de perfeccionarse.
Cuando los celos se presentan sin motivo aparente e incluyen reacciones exageradas, amenazantes o agresivas en forma recurrente, y además se nota que estas intensas emociones se apoderan de la persona en cuestión y le impiden entender explicaciones lógicas, es necesario reconocer estar ante un serio problema de personalidad que muy rara vez es admitido por quien lo sufre. La causa básica de los celos obsesivos es una combinación de inseguridad, baja autoestima y un continuo temor a que la pareja lo deje. Empeora cuando en la historia personal o familiar hubo motivos, reales o imaginarios, para sentirse traicionado. Por supuesto, si hay alcohol o drogas se exacerbará el ambiente paranoico que vive su mente, empujándolo a actuar más irracionalmente. Las consecuencias pueden ser desastrosas; es alguien que requiere de pronta ayuda profesional. (O)