Cultura de encuentro (parte 1)
Uno de los aspectos más problemáticos en el mundo empresarial es la falta de comunicación auténtica entre los miembros de la organización. En diversos diagnósticos realizados por la consultora Humane a unas 20 empresas y un total de 1.000 trabajadores se evidencia que el 75% de las organizaciones tienen un estilo de comunicación inadecuado para promover la opinión de sus trabajadores y escuchar sus sugerencias así como para comprender o valorar las experiencias de los demás.
Dada la importancia de este asunto profundizaremos en diversos artículos sobre lo que el papa Francisco ha denominado la cultura del encuentro en la que “todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio. El otro siempre tiene algo que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible, sin prejuicios”. (Discurso dirigido a líderes en Brasil) Cuando le preguntaron su recomendación a los líderes del mundo contestó: “Diálogo, diálogo, diálogo”.
En la cultura del encuentro se busca unir y no dividir. Diversas actitudes pueden generar división dentro de la empresa, como por ejemplo: mantener posturas irreconciliables donde se descalifica todo aquel que no piensa como nosotros; la murmuración o hablar mal de terceras personas; la actitud de sospecha y desconfianza ante el compañero de trabajo; o el individualismo egoísta que solo busca obtener beneficios personales sin pensar en el resto de la organización. A continuación detallo una serie de preguntas que pueden ayudar a entender si estamos aportando en la generación de la cultura de encuentro en nuestro ámbito de trabajo.
¿Qué actitudes alejan o acercan a las personas que están junto a ti?
¿Buscas realmente entender la posición del otro o más bien quieres imponer tu punto de vista?
¿Sales al encuentro de las necesidades de las demás personas o permaneces indiferente frente a ellas?
¿Generas confianza buscando ser mediador y aportar soluciones en medio de los conflictos laborales?
Para promover la cultura del encuentro en la organización debemos proponernos entender realmente al otro, aceptando que todos los miembros de la organización, sin importar el puesto que ocupe, tienen algo valioso que aportarnos.