Depresión de él y de ella

Por Lenín E. Salmon
10 de Septiembre de 2017

De todas las afectaciones emocionales que el ser humano puede padecer, la depresión es sin duda la más generalizada. Todos, con muy pocas excepciones, hemos padecido, o sufriremos en el futuro, reacciones que incluyan una baja en nuestro estado de ánimo, pesimismo, apatía, desesperanza, o desinterés por cosas que antes nos entusiasmaban (en casos extremos, desinterés por la vida misma, muchas veces con consecuencias trágicas). Se calcula que una de cada ocho personas califica para un diagnóstico clínico de depresión. Siendo un mal tan común, se pensaría que diagnosticarlo debería ser una labor relativamente sencilla, pero la realidad es otra.

A menudo los síntomas depresivos son manifestados de una manera inconsistente con la depresión, lo que puede impedir su identificación por el propio paciente, y por ende demorar el diagnóstico y su muy necesario tratamiento. Más importantemente, la forma en que una mujer y un hombre experimentan la depresión no es igual. La mujer tiende a mirar para adentro y a encontrar dudas, culpas, sentimientos de ansiedad o tristeza; a actuar con lentitud, a evitar conflictos a cualquier costo, a volverse dependiente y no poner límites a la influencia de otros, a desesperarse, a buscar confort en las amistades, en la comida, en la automedicación. El hombre tiende a ser irritable, a estar a la defensiva, enojado, a sentirse intranquilo, con necesidad de tener bajo su control todo, y a todos los que lo rodean. Busca confort en el alcohol, las drogas, el sexo. Su inestabilidad crea problemas, pero culpa a los demás. También considera una debilidad poco masculina hablar de sus inseguridades: se vuelve solitario. Al no exteriorizar sus dolencias y encontrar ayuda, esta represión se puede ir acumulando hasta llegar a niveles incontrolables, donde hasta un evento que en otras circunstancias sería intrascendente, puede causar una explosión emocional y ocasionar daños que pueden ser extremos (femicidio, suicidio).

Las mujeres, específicamente por estar expuestas a mayores influencias hormonales (menarquia, menstruación, partos, menopausia), son más susceptibles a la depresión, más de cuatro veces que los hombres. Sin embargo, su inclinación a compartir, a buscar pronta ayuda en su entorno o a nivel profesional, disminuye el riesgo de suicidio a menos de la mitad que en ellos, y su pronóstico en general es más favorable. (O)

salmonlenin@yahoo.com

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