Internet es un arma de doble filo
Si un hijo, menor de edad, nos pidiera que le permitiéramos salir solo a recorrer el mundo, con carta abierta para conocer todo lo que se encuentre en el camino, desde los lugares más hermosos, hasta las realidades más tenebrosas, no dudaríamos en impedir que lo hiciera.
Así mismo, tampoco permitiríamos que un hijo adolescente tuviera a su disposición y en su propia habitación una videoteca de pornografía que incluyera desde las experiencias sexuales más sutiles, hasta las más grotescas, ni un manual completo sobre cómo armar explosivos y bombas caseras o la biblia de una secta satánica.
Sin embargo, hoy en día los niños tienen acceso inmediato tanto a lo uno como a lo otro a través de internet. Si bien es cierto que la red virtual es un adelanto que ofrece grandes posibilidades de aprendizaje, investigación y comunicación con todo el mundo, es también un mecanismo que puede ser muy peligroso porque brinda su información a todo el que se conecta, cualquiera que sea su edad o condición.
Es posible instalar una clave secreta para evitar el acceso a estos sitios (la cual los niños fácilmente averiguan), pero las fotos invitando a los visitantes a entrar son tan obscenas que resultan igual de decadentes e inmorales. Lo grave es que a través de internet los menores de edad pueden conectarse y hasta participar en toda suerte de rituales y actividades de sectas satánicas desde su propia habitación, a la vez que tener acceso a información detallada sobre muchos temas escabrosos, ilegales e inmorales.
El internet es un recurso que despierta un desmedido deseo de vivir conectados, lo que desalienta las relaciones de los niños con personas conocidas y promueve encuentros con extraños, privándolos del contacto humano que les ofrecen sus interacciones con personas reales. A través de la red los niños también pueden participar en toda clase de actividades escabrosas, que pueden perjudicarlos mucho.
Lo cierto del caso es que hoy los padres no solo tenemos que preparar a los hijos para que se incorporen al mundo que los rodea, sino además protegerlos de los peligros que encuentran en el espacio virtual. Desafortunadamente, el internet es uno de ellos, porque así como los puede informar, también los puede deformar. (O)