¿Se divierten… o se deshumanizan?
¿Puede haber algo tan absurdo como invitar a nuestra propia casa a ladrones, asesinos, mafiosos o depravados a divertir a nuestros hijos contándoles los más azarosos episodios de sus crímenes y andanzas? Lo increíble es que esos son los personajes que a menudo entretienen a muchos niños en su propio hogar a través de todos los medios y aparatos electrónicos que ahora tienen.
Es increíble que los padres protejamos hoy con tanto esmero el bienestar físico de los hijos, pero que dejemos su integridad mental y moral a merced de las atrocidades con que los alimenta la cultura mediática. Tan peligrosa como la violencia y la inmoralidad que caracterizan las novelas, realities, series y videos, es la forma en que se tergiversan los valores en estos programas cuando exaltan el culto a la belleza física, el poderío de la riqueza, las delicias de los vicios, lo divertida que puede ser la promiscuidad o lo productiva que es la deshonestidad. Todo esto es muy perjudicial para los menores de edad porque ellos no tienen los criterios ni la madurez para evaluar la credibilidad ni la calidad moral de lo que se les está mostrando.
El resultado ha sido que, gracias a la maldad y violencia que ven constantemente, se ha alentado la agresividad y restado la compasión del corazón de nuestros hijos. Gracias a la forma como se ridiculizan los adultos en las comedias y novelas se está acabando el respeto y admiración por los mayores. Gracias a la familiarización con la muerte y el dolor por las monstruosidades que ven y escuchan en los medios, los jóvenes han perdido el respeto por la vida y creen que matar o morir son buenas opciones para solucionar cualquier problema.
Así como la calidad de lo que comen los hijos puede contribuir a nutrir o a perjudicar su salud, la calidad de lo que consumen a través de los medios contribuye a enriquecer o a corromper su corazón y su mente. Será que los realities, novelas, juegos, shows y películas con que los niños se entretienen constantemente ¿estarán llevando a que ellos crezcan llenos de ilusiones… o llenos de temores? ¿Estarán ayudando a que su conciencia se forme… o a que se deforme? ¿Estarán sirviendo para que nuestros hijos se humanicen o para que se deshumanicen?
