Son, pero no son

Por Ángela Marulanda
25 de Junio de 2017

Hoy en día hay una diversidad de nuevos tipos de familias. Además de la familia formada por un hombre y una mujer unidos en primer matrimonio, cada vez hay más integradas por la mamá o el papá separado con hijos, por papá y madrastra o viceversa, por parejas casadas civilmente o en unión libre o por personas que simplemente conviven sin ninguna atadura.

Esta diversidad incluye lo que pueden llamarse los “matrimonios a medias”, constituidos por dos personas que conviven a medias, son novios pero no casados, están medio comprometidos y medio organizados, pero no del todo. Por lo general residen en distintas casas pero conviven a ratos, a veces solos, otras con los hijos del uno o del otro o los de los dos. Es decir, son una familia pero no lo son y hay tan poca claridad en su relación que ni se sabe qué son.

Algunos afirman que es una situación ideal, en la que se tienen las ventajas del matrimonio sin las tensiones de la convivencia cotidiana. Pero lo que olvidan es que están privando de la estabilidad que precisan los niños para crecer sanos y seguros de sí mismos.

El matrimonio representa para los hijos mucho más que la posibilidad de crecer al lado de su papá y su mamá. Su relación es la estructura afectiva que los soporta para madurar emocionalmente hasta que puedan valerse por sí mismos. Así como de la estabilidad de las piernas depende la seguridad y firmeza con que caminemos, de la estabilidad de los padres depende la confianza y fortaleza de los hijos para avanzar hacia una adultez sana y equilibrada

Autorizar con nuestro ejemplo la convivencia con cualquier persona significa consentir que los hijos e hijas convivan con distintas parejas cuando se les antoje. Y así va a ser difícil que honren el compromiso conyugal con la pareja con quien decidan formar un hogar. El matrimonio es una empresa difícil y no hay una fórmula perfecta para garantizar su éxito. Pero sí hay una para garantizar su fracaso: hacer caso omiso de los principios éticos que rigen todos los actos humanos. Y estos no se enseñan con palabras sino que se inculcan con ejemplo. (O)

angelamarulanda20@gmail.com

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