Diálogo con el maestro (I): El lenguaje de los signos

Por Paulo Coelho
01 de Febrero de 2015

“Las religiones son muy importantes, porque nos permiten adorar en forma colectiva y compartir los mismos misterios. Pero la búsqueda espiritual es responsabilidad de cada uno”.

El misterio

-¿Qué es el lenguaje de los signos?

-Todo hombre tiene una manera personal de comunicarse con Dios y con su propia alma.

-Entonces, ¿el hombre no necesita la religión?

-Las religiones son muy importantes, porque nos permiten adorar en forma colectiva y compartir los mismos misterios. Pero la búsqueda espiritual es responsabilidad de cada uno: si te apartas de tu camino, no servirá de nada estar culpando al cura, al imán, al rabino o al pastor, la responsabilidad es tuya. Por eso existe un alfabeto que tu alma entiende, y que va mostrando las mejores decisiones en tu camino.

-¿Cómo aprender este lenguaje?

-Primero, con disciplina, para educarse a notar la señal. Después, con valor, para practicar la lengua. Tercero, nunca tener miedo de equivocarse mientras se practica.

-Lo que hace que muchas veces la gente siga la señal equivocada.

-Claro. Solo así aprendemos las señales correctas.

-¿Me podrías dar un ejemplo?

-No. El lenguaje es individual, como dije antes. Si empezamos a generalizar las señales, se transforman en superstición.

-Muchos maestros ya cometieron el error de usar sus señales para guiar a sus discípulos. Lo que sucede es que cuando las personas comienzan su búsqueda espiritual, entran en un mar desconocido y se sienten inseguras. Entonces procurar asirse a la primera mano que les es tendida y al hacer eso  están dejando de lado la aventura, para volverse esclavas de la mano que las guía.

-¿Cómo puedo tener la seguridad de una señal verdadera?

- Nunca puedes. Si empiezas a contemplar este mundo más allá de las convenciones, verás que tu intuición comienza a conducirte hacia la mejor elección, por más absurda que parezca.

Poco a poco, este lenguaje se incorpora a ti y aunque continúes fallando de vez en cuando, ya estás en paz con tu alma y tomas las decisiones correctas.

Muchas veces la señal es más práctica de lo que imaginamos y, a propósito de eso, voy a contarte una historia:

“Un hombre soñó cierta vez con un ángel, que le decía: mañana empezará a llover y tu aldea será inundada, pero tú te salvarás”.

Efectivamente, al día siguiente empezó a llover. Un equipo de socorro visitó casa por casa, evacuando a los habitantes, ya que había peligro de inundación. Todos salieron menos aquel hombre, que decía al miembro de Defensa Civil: “Soñé con un ángel y él me dijo que me salvaría”.

Un día después, el agua ya cubría la primera planta de las casas. Un segundo equipo de socorro fue para intentar rescatar al hombre, que nuevamente se rehusó a salir, alegando que había recibido la señal de un ángel y tenía que mostrar su fe al mundo.

Al tercer día, la situación ya era crítica, y el hombre estaba solo, encaramado en el tejado de la casa, mientras el agua subía sin parar. En un esfuerzo desesperado, un equipo de rescate intentó una vez más retirarlo de allí, pero nuevamente él se negó, llamándolos demonios, gritando que querían obligarlo a negar la señal del ángel. Poco tiempo después el agua cubrió el tejado y el hombre murió ahogado.

Como era muy buen cristiano, fue al cielo y encontró a san Pedro, que lo invitó a entrar. El hombre se rehusó, diciendo que Dios lo había engañado; le había enviado un ángel diciendo que se salvaría cuando en verdad había resultado el único muerto de la aldea .

San Pedro le dijo que Dios no mentía, y prometió volver con explicaciones. Entró en el Paraíso y retornó media hora después, diciendo:

“Realmente Dios mandó un ángel para avisarle que sería salvado. ¡Pero me dice que usted rehusó, por tres veces, el socorro que Él le envió bajo la forma de equipos de rescate!”.  (Continuará...) (O)

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