¿Errores o decisiones?
Todo el mundo comete errores, solo somos humanos. Pero hay muy pocos entre nosotros que en realidad aprendemos de los errores. El primer paso es aceptar su error y hacer la paz con él, y solo entonces se puede esperar de sí mismo para hacer un cambio. “Al repetir un error, no es un error más: se trata de una decisión”.
Repetir el mismo error otra vez y otra vez y esperar resultados diferentes. Como fundador de Amazon, Jeff Bezos, dijo: “Si duplicas el número de experimentos que haces por año, duplicarás tu ingenio”. No se puede obtener un resultado diferente si se ponen las mismas constantes. Si desea cambiar el resultado final, es necesario cambiar la entrada también.
El gasto sobre el presupuesto. Tus amigos pueden estar planeando un viaje, pero si te unes a ellos aunque esté fuera de tu presupuesto, entonces estás en problemas. Es posible que tengas un problema grave de estar siempre en deuda. En palabras simples, necesitas aprender a vivir bajo tus medios. Las personas inteligentes nunca cometen ese error dos veces.
Perder la vista del objetivo final. Es fácil perder de vista el panorama general cuando se ocupa en el horario diario de su vida laboral. Puede omitir el trabajo duro de vez en cuando, llegar tarde a la oficina o tomar una ausencia sin informar a tiempo. Estos podrían ser algunos de los factores que pueden tenerse en cuenta en el momento de sus evaluaciones. Ahora, tal vez obtener un aumento este año fue su objetivo particular, pero perdió la motivación para perseguir el sueño en algún lugar en el medio.
Hacerse la víctima. Un compañero en una relación siempre actúa como una víctima y otro actúa como el que tiene la responsabilidad de resolver el problema de su pareja. ¿Crees que esta relación puede prosperar? ¿Alguien puede resolver tus problemas por ti? No. La persona que trata de hacerlo en tales situaciones a menudo falla, ya que lo hace por el bien de ser aceptable o de agradar. Después de aprender una lección de la manera difícil, las personas inteligentes no se complacen en tal relación o consideran usar tales métricas para medir su felicidad.
Tratar de ser alguien más o ser complaciente. Todos saben que es prácticamente imposible hacer felices a todos, también que es una práctica tóxica. Sin embargo, las personas inteligentes conocen la importancia de la autenticidad y muy rara vez cambian su comportamiento por el placer de los que están ante ellos. Cuanto más auténtica sea tu conducta, te encontrarás en un círculo mejor de personas que te respetan. Por ejemplo, en Rusia, las personas a menudo expresan lo que tienen en mente y no lo que se espera que digan. Prefieren mantenerlo recto y honesto, incluso si suena grosero al principio. Esa honestidad los ayuda a desarrollar confianza. No tienden a fingir solo para ser queridos.
Tratar de cambiar a alguien más. Las personas inteligentes son plenamente conscientes de que nadie puede cambiarlos, además de a sí mismos, ni poseen la capacidad de producir un cambio importante en la otra persona. (O)