Vacunas para adolescentes
Las vacunas en la preadolescencia y adolescencia no son obligatorias, sino recomendadas, lo que no significa que sean innecesarias.
Sus hijos serán vacunados durante su vida escolar y también en la secundaria, gracias a las campañas de inmunización. De todas formas, es necesario asegurarse de que reciban todas las dosis y refuerzos, ponerlos al día en caso de que se hayan saltado alguna y buscar también para ellos inmunizaciones sugeridas.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aconsejan la administración de cuatro vacunas, algunas de las cuales requieren más de una dosis para brindar la protección completa. Se pueden obtener en cualquier consulta de rutina al pediatra o médico y varias de ellas también en los centros de salud pública.
Contra el VPH
Ayuda a proteger a las niñas y a los niños de la infección por ciertos tipos del virus del papiloma humano y sus efectos. Una marca protege a las niñas contra los tipos que causan la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino. Otra, además de lo anterior, puede prevenir en niñas y niños el cáncer de ano y las verrugas genitales, según indica los CDC.
El infectólogo Washington Alemán considera a esta es una de las vacunas que ameritan ser obligatorias. En el caso de Ecuador, esta inmunización se aplica a través de campañas dirigidas a niñas de 9 a 11 años (la Organización Mundial de la Salud-OMS incluye a las de 12 y 13), y lo que se hace en el caso de las adolescentes es sugerir.
La opinión de Alemán es que la incidencia de afectación de cáncer de cuello uterino (la tercera forma de cáncer más común en las mujeres ecuatorianas, según datos del INEC) debería llevar a la extensión de estas medidas preventivas, pues se desconoce el grado de vacunación voluntaria actual contra el VPH.
“Es necesario que las campañas incluyan la toma de conciencia de los adolescentes y sobre todo de sus padres”, promueve Alemán. “En este momento, la vacuna del VPH es probablemente una de las de mayor importancia, ya que el papiloma es la principal infección de transmisión sexual entre los adolescentes en todo el mundo, en sus diferentes formas de presentación, sea como verrugas o lesiones del cuello del útero, que pueden evolucionar hasta convertirse en cáncer”.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que la vacuna es indicada en niñas desde los 9 años y a lo largo de la adolescencia y la juventud hasta los 26, siempre que la persona no haya iniciado su vida sexual. No elimina la infección una vez que esta se ha contraído. Consta de tres dosis que se aplican en el transcurso de seis meses, para asegurar su eficacia. La Comisión Asesora en Prácticas de Inmunización (ACIP) asegura que el tratamiento aplica para niños y jóvenes en el mismo rango de edad que las niñas.
“La vacunación contra el VPH no debería ser exclusivamente para chicas, sino también para chicos, toda persona que, eventualmente, tendrá actividad sexual”, resume Alemán. El costo de las dosis en un servicio de salud privada suele ser un impedimento, “pero no se equipara a las complicaciones que causa el no hacerlo”.
Hepatitis B
Se transmite por vía sexual, por transfusiones de sangre y por punciones, tatuajes, uso de rasuradoras, equipo médico y dental contaminado. También se transmite de madre a hijo al momento del nacimiento. “Debería ser también de obligatoriedad entre los adolescentes”, considera Alemán, quien estima que con la vacuna se podría llegar al 100% de prevención. “Ecuador es uno de los países con más alto embarazo adolescente (encuesta Ensanut 2012). Transpolando esta información, la actividad sexual en los menores de edad es alta y esto conlleva las enfermedades de transmisión sexual, que incluyen a la hepatitis B”.
Entre los grupos de riesgo están las personas con síndrome de Down, que según el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), del Ministerio de Salud Pública, tienen mayor propensión a presentar infección crónica.
Refuerzo de tétanos y difteria
Entre las inyecciones que pueden entrar en el grupo de las sugerencias están los refuerzos de tétanos y difteria (DT pediátrica), que los preadolescentes reciben en la escuela, en el séptimo grado de educación básica, y que les dará inmunidad prolongada.
El tétanos no es contagioso, sino que se transmite mediante lesiones en la piel. La infección tiene más probabilidades de ocurrir por heridas leves, pues estas suelen descuidarse, a diferencia de las graves, que tienden a ser limpiadas y tratadas con más urgencia y minuciosidad.
La versión para adultos de esta vacuna, llamada dT, se refuerza cada diez años, como indica el manual de procedimientos del PAI, que sostiene, además, que si se sigue el esquema, el nivel de protección es elevado.
Neumococo e influenza
Si el adolescente no se vacunó contra el neumococo cuando era niño, está desprovisto y debería acudir con sus padres para recibir la dosis, dice Alemán. La antineumocócica ha disminuido la frecuencia de casos por esta bacteria que en el pasado tuvo una alta mortalidad pediátrica y adolescente.
Un estudio conjunto de las universidades de las Américas, de Cuenca y Yachay en el 2014 confirma que la incidencia de la enfermedad neumocócica es baja gracias a la vacuna; sin embargo, existe un mayor riesgo en pacientes con otras enfermedades o trastornos, y para ellos se propone un refuerzo.
Vacunas estacionales, como la influenza, pueden ayudar a disminuir reactivaciones y sobreinfecciones bacterianas que a veces acompañan a los procesos virales, en especial en países como Ecuador, indica Alemán, donde la tasa de pacientes alérgicos es alta. El virus puede tener efectos aun más fuertes sobre pacientes de asma y diabetes.
Los grupos prioritarios considerados por la OPS y el MSP son embarazadas, niños menores de 5 años, trabajadores de la salud, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. La vacuna está disponible en los centros de salud del MSP y la dosis recomendada es una vez al año. (D.V.) (I)
Entre los 9 y 12 años
La vacuna del VHP funciona mejor a esta edad. Los preadolescentes tienen mayor respuesta inmune que los adolescentes. Hay poco riesgo de contraer el virus antes de los 13, pero se incrementa a partir de esa edad.
neumonía
Sigue siendo una de las causas de mortalidad más recurrentes en todo el mundo. En Ecuador, en el 2011, la neumonía constó como la primera causa general de muertes, sobre todo en la población infantil.
Hepatitis b
Un estimado de dos mil millones de personas en el mundo están infectadas. La transmisión de madre a hijo durante el parto es la manera más común de difusión del virus en la cuenca del Pacífico.
tétanos y difteria
Quien no se vacunó a los 11 años, debería hacerlo pronto. Se aconseja una dosis durante cada embarazo para proteger al bebé. También para profesionales de la salud y quien trabaje con menores de un año.