Atrayendo a la nueva generación
En el artículo anterior se explicitaban ciertas características de las nuevas generaciones (que algunos denominan “generación Z”). Reflexionaremos en esta ocasión sobre aspectos de la cultura organizacional que deben estar presentes para atraer y retener el nuevo perfil de jóvenes trabajadores.
Un primer aspecto es la generación de ámbitos que estimulen la creatividad, iniciativa y posibilidad de interactuar con libertad en diversos rangos de la organización. Para ello, se necesita un estilo de liderazgo que proporcione a los jóvenes un espacio para cuestionar, proponer y tomarse en serio las nuevas iniciativas que pueden surgir de parte de ellos.
Los jóvenes valoran mucho el hecho que se les dé la oportunidad de ser responsables de los proyectos que impulsan sin que haya un seguimiento rígido, sino que les permita tomar iniciativas.
La nueva generación carece de la valoración tradicional de las estructuras jerárquicas según el puesto o tiempo de trabajo. Valoran más bien otros factores como el conocimiento, la integridad y el compromiso con el equipo de trabajo. Es importante otorgar un espacio comunitario que promueva relaciones informales y el compartir cotidiano sin generar distancias por el rango o puesto de trabajo.
Una característica importante es la expectativa que tienen los jóvenes de impactar en su entorno a través de su trabajo. El éxito que muchos buscan no se limita a la retribución económica, sino a lo que son capaces de transformar en su entorno. Por el acceso a los medios sociales su perspectiva es más global, sus intereses más diversos y su expectativa de capacidad de influir es mayor.
Todo esto requiere de parte de las organizaciones una propuesta cada vez más personalizada, que tome en cuenta las riquezas y potencialidades de cada miembro de la organización. Con esta visión, se podrían diseñar, por ejemplo, planes de carrera que se ajusten a las características y expectativas del joven; manuales de funciones del puesto de trabajo que no asfixien la capacidad creativa y un sistema de evaluación que no sea rígido en la consecución de metas, sino que dé espacio a nuevas propuestas o maneras de conseguir dichas metas. (O)