Diferenciación en el salón de clases

Si tenemos más de un hijo, sabemos que lo que nos funciona con uno, no necesariamente funciona con el otro. ¿Por qué se olvida esto al llegar al aula?

“Cada niño es distinto y hay que respetar el ritmo de aprendizaje de cada uno”. Ese es el mantra que escuchamos todos los que alguna vez fuimos estudiantes de pedagogía.

Me pregunto qué pasa en el camino y por qué luego terminamos trabajando en aulas donde todos los niños de 3 años deben pegar papelitos amarillos dentro del patito, o en aulas de bachillerato donde el éxito es marcado por pruebas estandarizadas.

Para poder brindar las mejores oportunidades dentro del aula, la clave es la diferenciación. Esto no significa que vamos a crear un currículo para cada niño, significa que vamos a tener en cuenta algunos factores a la hora de planificar nuestras actividades. Diferenciación es acomodar la enseñanza para las necesidades particulares de los niños.

Hay diferentes formas de aplicar la diferenciación:

1. En el contenido

Nuestros alumnos no son lienzos en blanco. Ellos llegan con un bagaje de conocimientos, y nosotros debemos tenerlo en cuenta. Si queremos enseñar un nuevo concepto, hay que considerar que algunos van a conocer más y otros menos.

2. En el proceso

Cada persona tiene un estilo de aprendizaje distinto. Algunos somos visuales, otros auditivos y otros kinestésicos. Para llegar a todos, lo ideal es que planifiquemos actividades que incluyan todos los estilos.

3. En el producto

La forma de presentar lo aprendido. La única manera no es por medio de un examen, puede ser una presentación, un ensayo, una obra de teatro. Lo ideal es que sean los mismos niños quienes decidan cómo desean realizarlo.

4. En el ambiente

Las aulas modernas ya no están distribuidas con todas las sillas mirando a la pizarra todo el tiempo. Hay flexibilidad de movimiento. La ubicación se puede adaptar para crear rincones de silencio, para realizar trabajos grupales, todo en base a las necesidades que se van presentando.

Pensemos que la diferenciación no es una estrategia, es una forma de concebir la enseñanza.

Aprendizaje visible

El profesor e investigador educativo John Hattie describe en su libro Visible Learning varios estilos de enseñanza diferenciada.

-El maestro que estudia a sus alumnos, porque siente que debe conocerlos bien para enseñarles bien. Su medida de éxito profesional es que cada estudiante haga un compromiso con el aprendizaje y que haga progresos observables cada día. Evalúa la formación escolar y extraescolar de cada pupilo para entender qué necesita para hacer que la lección funcione.

-El profesor que asigna a sus estudiantes desafíos de lectura de niveles diferentes, en base a resultados de evaluaciones previas, en vez de asumir que toda la clase está al mismo nivel.

-El que equipara la tarea a las necesidades de los estudiantes cuando es posible, tratando de que la práctica tenga sentido para cada uno. Los invita a participar en la elección de las tareas.

El educador que agrupa a sus estudiantes para resolver cuestiones matemáticas que tengan aplicación al mundo real, relacionadas con sus intereses o sus estilos de aprendizaje.

-Quien ofrece dos o tres opciones a los alumnos para que elijan un proyecto final, sea de una unidad o del año escolar. Hace un trato con ellos y los deja proponer su propio modelo de proyecto, asegurándose de que los resultados estén dentro de las metas de la clase.

-El profesor que tiene alumnos que no dominan el idioma local deja que estos hagan un primer borrador e investiguen en su idioma natal, para que puedan comprender mejor los conceptos importantes.

-El profesor que se atreve a invertir el salón de clases: hace que sus estudiantes exploren nuevo contenido en casa y vengan a explorar sus recién adquiridas habilidades e ideas. Los evalúa cuidadosamente y crea grupos cuando percibe que es lo mejor para el aprendizaje. Supervisa a distancia o se sienta con ellos para asesorar el proceso.

*Máster en Educación, directora de Educación Inicial del Colegio Alemán Humboldt