Reglas para los nativos digitales
“Suena bien, pero como padre de adolescentes requiero más que palabrería. Quiero saber qué están haciendo otros padres”.
Todos los padres saben a estas alturas que, de alguna manera, la tecnología pone en riesgo a los niños. Tan solo el mes pasado, la Academia Estadounidense de Pediatría publicó un estudio que señala que aunque los medios digitales y las redes sociales pueden motivar el aprendizaje temprano, también conllevan riesgos como efectos negativos en el sueño, la atención y el aprendizaje, además de una mayor incidencia de obesidad y depresión. El grupo recomienda un Plan Familiar de Uso de Medios.
Durante las últimas seis semanas he circulado (¡mediante las redes sociales!) 20 preguntas sobre tareas, contraseñas, hora de dormir y castigos. He recibido sugerencias de más de 60 familias y aunque la encuesta no fue científica, sus respuestas ya han modificado cómo se administra la tecnología en mi casa.
La mayoría de los padres que respondieron les dieron a sus hijos sus primeros teléfonos en sexto o séptimo grado; solo algunos esperaron hasta el bachillerato. Sin embargo, esos aparatos no son siempre de última generación. Los padres les dieron ‘teléfonos tontos’ (sin acceso a internet), simples o teléfonos de segunda mano que heredaban de hermanos u otros adultos.
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Otras restricciones comunes incluían: “Un contrato escrito del comportamiento esperado”. “Prohibido usar el internet durante los días escolares (excepto si se trataba de tarea)”. “Tiempo de pantalla limitado de 30 a 60 minutos al día durante la semana, sin límite durante los sábados por la mañana”.
Otra es una prohibición parcial de mensajes en grupo. “Pude hacer sentir mejor a mi hijo al dejarlo ver los mensajes de grupo en el iPad de la familia”, dijo un padre. “Le ayudó a darse cuenta del poco valor que tienen las conversaciones en grupo”.
¿Debemos permitir que los niños se comuniquen con amigos mientras están haciendo la tarea? Dos tercios de los padres dijeron que sí; un tercio dijo que no. Algunos de los comentarios aprobatorios decían: “Solamente en áreas comunes de la casa” o “Solo con la puerta abierta (para supervisarlos)”. Otro agregó: “Depende de si están trabajando juntos en un proyecto”.
Los que están en desacuerdo dijeron que la tarea se hace individualmente, y si el chico necesita ayuda, necesita buscar a uno de sus padres, o los padres deben contactar al maestro.
El uso más amplio de computadoras para la tarea también ocasionó reacciones diversas. Algunos padres son bastante estrictos y limitan toda la tecnología: “Solo se utiliza la computadora para revisar ortografía o para usar Google Docs”. “Solamente sitios relacionados con temas de tarea y nada de redes sociales”. “Solo están permitidos ciertos sitios educativos. Wikipedia no se recomienda para nada. Deben consultar libros reales para investigar en lugar de ‘googlear’ todo”. Otros son más relajados: “Debes dejarlos usar las herramientas que necesitarán en su vida. De otro modo, démosles carbón y un pedazo de pizarra, como Lincoln”.
Investigadores del King’s College de Londres han descubierto “una relación fuerte y constante” entre el uso de aparatos electrónicos durante la hora de dormir y tener un sueño insuficiente o sufrir de una mayor somnolencia durante el día.
Los padres ya entendieron el mensaje. Una mayoría aplastante prohíbe los teléfonos en las habitaciones durante la hora de dormir. “La tecnología también tiene que irse a dormir; en nuestra casa sucede 30 minutos antes de que se apaguen las luces”. “A las 09:00 me trae el teléfono abajo, donde se quedará hasta las 07:00”.
Muchos padres restringen a los usuarios primerizos a una sola plataforma digital. “Solo Snapchat; no Instagram, Twitter, Facebook”. “Solo Instagram, y lo reviso ocasionalmente”. “Una plataforma a la vez”.
Sin importar el sitio, la mayoría de los padres insiste en tener las contraseñas y los nombres de usuario. “Tengo todos los nombres de inicio y las contraseñas, y si cambian, mi hija tiene que actualizar mi lista. Si trato de entrar y no puedo, le quito el teléfono hasta que yo decida devolvérselo”.
¿Qué pasa si el niño infringe una regla familiar? ¿Es posible separar a un nativo digital de un aparato electrónico por un periodo largo? “¡Sí! ¡Es la motivación más grande!”. “Sí. Lamentos y rechinidos de dientes, y después encuentran otra cosa que hacer”. “Lo he hecho. Se enoja mucho al principio pero finalmente se calma”.
La hora de la cena está libre de tecnología. “No hay aparatos electrónicos durante las comidas”. “No hay teléfonos sobre la mesa y eso no solo sucede en nuestra casa”. “No hay audífonos en el auto”.
Finalmente, cuando todo falla, muchos se apoyan en los viejos trucos parentales: amenazas, sobornos y humillación pública.
Amenazas: “Les grito de la nada: ‘¡Deja ese teléfono!’. Limita su uso por los siguientes cinco minutos”.
Sobornos: “Salida nocturna de papá o mamá e hijo. Los padres se alternan para llevar a un niño de paseo; la cuarta semana les toca salir a los padres juntos”.
Humillación pública: “Si confisco un aparato durante el tiempo familiar, abrimos los mensajes y mi esposo y yo los leemos con tono dramático”.