Reunidos, a pesar de los credos

14 de Diciembre de 2014
Liliana Anchundia

Diciembre propicia encuentros familiares y entre amigos, aunque no todos lo hagan por motivos religiosos.

Durante el mes de diciembre el ambiente a nuestro alrededor se vuelve efusivo; las luces intermitentes y decoraciones en rojo dan cuenta también del sentido comercial que desde hace rato viene ganando espacio, pero sobre todo del contagio casi generalizado de espiritualidad, fraternidad y empatía; de querer ayudar, perdonar, compartir, celebrar en familia, festejar entre compañeros, etcétera.

Sin embargo, entre nuestros seres queridos podemos encontrar a más de uno que no comparten la idea de celebrar el nacimiento de Jesús en estas fechas.

Las diferencias

El padre Francisco Xavier Sojos Oneto, párroco de María Madre de la Iglesia-Los Ceibos, de la Arquidiócesis de Guayaquil, lamenta que haya un intento de quitar a Cristo de la Navidad, lo que resulta no solo absurdo e incoherente, sino imposible.

“La Navidad no es una reunión familiar, no es una fiesta de amigos, no es un tiempo bello solo porque nos damos regalos o jugamos al amigo secreto. La Navidad es la celebración del acontecimiento que ha marcado la división de la historia de la humanidad. Celebramos la venida del Hijo unigénito de Dios al mundo en la carne. Por tanto, es lógico que si se pretende anteponer valores y desacreditar el hecho, estaríamos extraviándonos terriblemente”, aclara.

Sojos estima que la Navidad no debería ser motivo de disputas familiares: “Si una familia no puede juntarse porque una parte se siente ofendida por la celebración, o porque el modo de celebrar quita el fondo de la celebración, entonces es mejor no juntarse y manifestarse el cariño y la alegría de otras formas”.

Al consultar a los testigos de Jehová, en Guayaquil, sobre su apreciación respecto de qué se debe procurar en el encuentro familiar con miembros de diversos credos, su vocero remitió un enlace del sitio web www.jw.org en el que constan las razones de por qué los testigos de Jehová no celebran la Navidad:

- “Jesús mandó que se recordara su muerte, no su nacimiento (Lucas 22:19, 20)”.

- “Ni los apóstoles de Jesús ni los primeros cristianos celebraban la Navidad. Según el Diccionario del cristianismo, esta fiesta fue ‘instituida en Roma hacia 330’ de nuestra era, más de dos siglos después de la muerte del último de los apóstoles”.

- “No hay prueba de que Jesús haya nacido un 25 de diciembre; de hecho, la Biblia no revela la fecha de su nacimiento”.

- “Entendemos que Dios no aprueba la Navidad, pues tiene su origen en costumbres y ritos paganos (2 Corintios 6:17)”.

A pesar de lo anterior, se indica: “Si bien es cierto que nosotros optamos por no celebrar la Navidad, cada quien es libre de tomar su propia decisión al respecto. Conscientes de este hecho, no le impedimos a nadie que la celebre”.

Los encuentros

El pastor evangélico Tito Roggiero sugiere que si en una familia o grupo, uno o varios de sus miembros han acogido credos diferentes, el énfasis que se le daría a la reunión en estas fechas sería el de una celebración de unidad para compartir un tiempo especial.

Menciona su caso: “Cada año compartimos una reunión familiar especial aprovechando lo emotivo de este mes, justamente unos días antes de la fecha de Navidad, entre el 18 y 22 de diciembre, porque algunos son católicos, otros somos evangélicos y otros son testigos de Jehová; incluso nos servimos lo que se brinda en Nochebuena: pavito, relleno, chocolate, etcétera, y la pasamos muy bien”.

¿Interactúa usted con aquellos que no celebran la Navidad? Coméntenos

 

Roggiero cree que siempre se debe llegar a un acuerdo, no tocar puntos de conflictos y apelar al sentimiento del amor, de la paz, de la comunión y reencuentro familiar: “Ya que Jesús es el motivo de la Navidad, llenémonos del mismo sentir del Señor, el de amarnos, el de perdonarnos y el de compartir tiempos de unión como familias”.

El psicólogo Jorge Tello señala que la tolerancia y el respeto son valores que deben primar en estas situaciones. Y, sobre todo, no se debe tratar de imponer nuestras creencias, a favor o en contra, ni siquiera explicarlas en estos tiempos, pues no son propicios para ello.

“En mi experiencia, para muchas personas Navidad no es un tiempo de paz ni de armonía, es más bien un tiempo de preocupaciones, de tensiones económicas y de conflictos familiares, debido a que Navidad ha dejado de tener una connotación religiosa para convertirse más bien en una época en la que se propician el consumismo y los excesos”.

Tello aconseja recordar que Navidad y la fecha que coincide con la celebración de la Navidad siempre han estado asociadas con tiempo de alegría y reunión familiar. Refiere que para los judíos anteriores a Cristo, estas fechas estaban relacionadas con la Janucá; y para los griegos y otras culturas, estas fechas tenían relación con el solsticio, o nacimiento del sol, y eran ocasiones para que la familia se reuniera. Para los cristianos, Navidad también es ocasión de celebrar la vida representada en la llegada de un niño, que vino con una misión: anunciar la paz.

Siendo la Navidad una celebración cristiana, es inevitable que creyentes y quienes profesan otros credos se mantengan fieles a sus convicciones, aun así algunas personas consultadas dicen reunirse en estas fechas.

Fabiola, 41 años, testigo de Jehová: “Nosotros nos reunimos en cualquier fecha del año, hacemos una comida con mis padres y hermanos, aunque tenemos diferentes religiones nos respetamos mutuamente; ellos celebran la Navidad y nosotros no, pero eso no impide demostrarnos el cariño que nos tenemos. Aunque no lo hacemos ni el 24 ni el 31, acordamos una fecha en la que todos podemos y la pasamos muy bien”.

Carlos, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días (celebran el nacimiento de Jesús el 6 de abril): “Jesús nació entre nosotros hace dos mil años, pero el propósito de celebrar la Navidad debe ser crear un nuevo nacimiento en nosotros mismos para afrontar los desafíos del nuevo año por venir, venciendo nuestras debilidades y estando mejor dispuestos a hacer su voluntad y seguir su ejemplo”.

Cinthya, 30 años, cristiana evangélica: “Para esta época navideña, en las reuniones familiares o con los amigos creo que debe prevalecer la importancia de la unión, el amor hacia nuestros seres queridos sin importar las diferentes religiones que profesamos. Aunque la mayoría de mi familia es católica, esto no nos aleja en fechas como esta. Consideramos que con respeto, amor y tolerancia se puede tener una fiesta de unión familiar”.

Tello sugiere que tengamos cuidado con nuestras actitudes en Navidad, pues la intolerancia o discusiones religiosas podrían derivar en desarmonía familiar.

Propiciemos la reconciliación, aprovechando el mensaje de paz, amor, respeto y esperanza que en estas fechas cobra mayor fuerza. (F)

  Deja tu comentario