Están todos invitados
¿Triste? ¿Se siente con desánimo, preocupación o desaliento? Prepárese a cambiar su pesimismo en el Museo de la Música Popular. Queda en el segundo piso del edificio Astillero, en Puerto Santa Ana. Hoy, a las once de la mañana, el Trío Armonía, dirigido por el maestro Patricio Jaramillo, presenta una tertulia musical titulada Música a la Carta, con lo que nos demuestran que el clasicismo no está peleado con lo popular.
Al ingresar al salón auditorio lo debe hacer sin comida ni bebida alguna.
Puede poner en silencio su celular y no responda ninguna llamada que reciba. Dedíquese al disfrute musical, finalmente es a la carta, lo que significa a su gusto.
Está permitido grabar; nadie le va a llamar la atención si lo hace.
Lo que no debe hacer es entrar y salir a cada momento. Recuerde que debemos ser respetuosos con nuestros congéneres.
Si le gustó el espectáculo y quiere tomarse fotos con los artistas, puede hacerlo, pero primero consúltelo; ellos gustosos acceden.
Luego puede darse un baño histórico-cultural recorriendo el museo, donde encontrará el legado de don José Domingo Feraud Guzmán y Luis Pino Yerovi. Guarde silencio y escuche con atención mientras la guía da las explicaciones.
Se asombrará al encontrar verdaderas reliquias como el fonógrafo original del mismísimo Thomas Edison.
La guía hace escuchar los discos de vinilo en una victrola ortofónica, de manivela. Recuerde que en un museo solamente los especialistas pueden manipular los objetos que aquí reposan. No meta la mano “porque si la mete, le pica el gusano”.
Partituras originales del siglo antepasado y ejemplares del cancionero El Mosquito, tampoco se pueden tocar, pero sí puede tener recuerdos fotográficos junto a la rocola o a la pianola.
“Solo un mago del espacio pudo hacer esto”, dice la historiadora y directora del museo, Jenny Estrada, refiriéndose al arquitecto Antonio Loor, quien junto a su esposa, la también arquitecta Yolanda Viteri, aceptaron el reto de crear un espacio para la cultura donde antes eran los silos de enfriamiento de la cerveza. Es todo un mundo musical donde su espíritu va a renacer. ¿Y cuánto cuesta? Nada. Sin pagar ni un solo centavo usted va a tener una buena dosis de alegría y bienestar. ¡Disfrútelo! (O)