¡Feliz día, mamá!
“Mi mamá me ama”, “mi mamá me mima”. ¿Recuerda usted sus primeros trazos? Hoy es ese día ideal para honrar a esa persona, tan especial, que nos dio la vida. Un abrazo, un beso, pero “sin mordisco en el pescuezo” es la tónica que marca la fecha cuando se tiene la suerte de estrechar a la mamá.
*¿Que no tiene dinero para comprar el regalo “perfecto”? No importa; el mejor regalo para ella puede ser una nota escrita a mano, sí, de su puño y letra, diciéndole cuánto la quiere, valora y aprecia sus sabias enseñanzas. No se reprima, deje que su corazón hable.
• ¿Está bien unas flores? En este camino de la vida nunca será suficiente un ramo de rosas. Invierta además en algo que no tiene precio: calidad de tiempo. Regálele su compañía. Compartir la lectura y análisis de un tema que a ella le interese va a enriquecer el día y la relación familiar.
• ¿Qué será mejor? ¿Un baño de burbujas, el disco de Paul McCartney o el libro de la vida de san Juan Pablo II? Le recomiendo que primero se ajuste a su bolsillo y, desde luego, que le haga caso a su voz interior.
• Acompáñela a salir de compras. Pero… paciencia, sin apuros. Y recuerde que el mejor regalo no es el más costoso, pero sí el más valioso… para su gusto.
• ¿Con tu mamá o con la mía? Con las dos. La clave está en la buena disposición para visitar a la madre política. Vaya, converse, intégrese y aborde temas que a ella le interesen, pero no se le ocurra preguntar qué le va a dejar de herencia…
• ¿Un regalito para la madrastra? Sí. Mire lo bueno, recuerde lo bueno, envuélvase en una atmósfera positiva. Recuerde que lo que usted hace será modelo de acción para sus hijos.
• ¿Y la abuelita? Esos hilos de plata, bien peinados y acicalados, esperan por los nietos. Si cuando están comiendo se derrama algún alimento, con cuidado y en silencio, ayudamos a limpiar. Pero lo más importante: sin reproches. Tampoco hay que interrumpirla si repite la misma historia que contó la semana pasada.
• Si van a un restaurante, las primeras en ser atendidas son las damas mayores. Y si van a hacer un brindis, a quien le corresponde hacerlo es al hijo de mayor edad, sin importar si es hombre o mujer.
Mamita, ¿en el cielo también hay buenos modales?