Uso y abuso del teléfono
En gran medida, la llave del éxito comercial está en el adecuado uso del teléfono. Hoy que disponemos, además del teléfono, de otros medios de comunicación instantánea, sabemos que el inmortal invento de don Graham Bell cambió el rumbo de la historia.
En las grandes corporaciones y también en las pequeñas y medianas empresas, se pone especial cuidado al seleccionar el personal para esta delicada función que requiere no solamente de una tonalidad de voz adecuada, sino de buena educación para comunicarse con el amplio mundo que accede a la empresa.
Si su función es recibir llamadas en el lugar que trabaja, nada justifica que responda con expresiones como “oye encanto, mi amor, mi vida, tesoro, corazón…”. Ese exceso de familiaridad rompe con la posición profesional que debe mantener.
Comunicarse con proveedores o clientes habituales no significa que ya son “amigüis”. Mantenga siempre un trato respetuoso.
Decirle “señor”, “señora”, o “señorita” a las personas que se atiende telefónicamente no significa que se está debilitando en su posición. Por el contrario, es una manera formal que dista mucho de “hola, seño…” o “diga, amiga”.
Las llamadas para solicitar una cotización, cita médica, separar turno en la peluquería o requerir guía en las entidades de servicios básicos imponen una cordial distancia. Recuerde siempre que pedir “por favor” y finalizar agradeciendo por la atención, le va a dejar un grato sabor a las dos partes.
Una persona que responde o efectúa llamadas telefónicas no puede, bajo ninguna excusa, hacerlo con el chicle en la boca.
Debemos ser cuidadosos con el tiempo de duración y con la frecuencia con que se realizan las llamadas.
También hay que cuidar el horario. A nivel social y familiar no se deben hacer llamadas pasadas las diez de la noche ni antes de las nueve de la mañana.
Igual que en el ámbito empresarial, nada justifica que llamen a ofrecer ofertas o nuevos servicios a las siete de la mañana de un día domingo.
Si tiene vicios de dicción o un nivel de tartamudeo, es preferible que busque una actividad alejada de la comunicación telefónica.
Recuerde que las normas del buen uso telefónico, estático o celular, hablan de sus modales y buena educación. (O)
