Meditar para vivir mejor

Las personas que se conectan con su verdadero yo son más felices. La clave está en saber lo que se quiere y cuál es la misión de vida.

En cualquier parte del mundo existen personas estresadas que no saben qué hacer con sus vidas. Muchas de ellas se encierran en sí mismas y no pueden ver más allá de sus narices de manera clara y creativa. Sin embargo, la práctica de la meditación puede ayudar a lidiar con toda esa cantidad de información que se recibe a diario por medio de los sentidos y que es infinita.

Según Davidji, autor del bestseller Los secretos de la meditación, nosotros tenemos más de 60 mil pensamientos por día y extra información que nos entra por todos lados, por la televisión, el internet, las noticias y nuestra propia vida.

“Si meditamos se desaceleran las fluctuaciones de la mente para conectarnos con nuestro verdadero yo: un ser de amor, paz y gratitud. De esta forma sabremos qué queremos, quiénes somos y qué misión tenemos en la vida”.

¿Pero cómo se logra meditar? Davidji asegura que si alguien puede respirar, todos pueden hacerlo. No hay edad, género, profesión, nivel intelectual, cultural o religión. En otras palabras, dice, no hay barreras para meditar. Únicamente quienes no lo consiguen, es porque quizás no han aprendido una técnica que ha resonado con ellos.

Él, quien es discípulo de Deepak Chopra, menciona que las ventajas para empezar a meditar son muchas. Por ejemplo, tener más paz, amor, risas, gratitud, compasión, abundancia, felicidad, juventud, creatividad, salud física y mental, lindas relaciones interpersonales y manifestar los sueños.

Rutina maravillosa

Un paso importante para meditar es aceptar que es necesario. Davidji considera que todos los seres humanos tenemos un momento, unos antes y otros después, en que nos damos cuenta de situaciones que requerimos hacerlo, pero siempre va más allá del deber.

“Cuando meditamos diariamente uno mismo y la gente a nuestro alrededor nota cambios importantes en uno, y es ahí que al ver estos beneficios, se vuelve una rutina maravillosa”, asegura este maestro védico, instructor de yoga y creador de meditaciones guiadas.

Potencial humano

Cuando Davidji medita, dice, experimenta lo que el resto de las personas: “Pensamientos y silencio del puro potencial humano”.

La meditación también hace que las personas se sientan mejores seres humanos. Pero no desde el punto de vista del ego. “Lo más seguro es que sienta plenitud, pero si no es así, seguramente no está meditando lo suficiente o no lo está haciendo bien”.

Si alguien recién está aprendiendo a meditar debe elegir de preferencia un lugar donde no haya ruidos o distracciones. Después ya puede practicarla donde quiera. “En mi caso hasta en el medio de Times Square en Manhattan NY”, dice.

En realidad, agrega, hay muchas técnicas y se las puede aplicar de distintas maneras de acuerdo con el lugar donde se esté. Se lo podría hacer en 16 segundos de claridad mental o en 16 segundos en la fila del banco. “Incluso se puede meditar en grupo, aunque no es necesario. Solo sirve para levantar la energía entre todos”.

Para Davidji es necesario meditar dos veces por día treinta minutos cada vez. Al despertar y al caer la tarde. Pero de no poder es mejor hacerlo en el tiempo que la persona disponga, pues es mejor a no hacerlo. “Los niños lo hacen de acuerdo a su edad. Desde los 4 años, 4 minutos y después de los 5 años, 5 minutos y así sucesivamente”.

Ejemplo de vida

Davidji también considera necesario que a nivel familiar exista la cultura de meditación por todos los beneficios que proporciona, sobre todo porque los hijos no aprenden por lo que se les dice o se les manda a un curso, sino con el ejemplo.

Si un hijo observa que su padre o madre medita, el concepto que tendrá de ellos es simplemente lo que verá a diario; es decir, un padre o una madre más amoroso, compasivo, creativo, sin problemas de dinero, con seguridad, calmados y sin estrés, y por supuesto sin que grite o los agreda verbalmente o físicamente o reaccionando mal debido a su nivel de estrés monetario o personal. Es un ejemplo de vida lo que damos a nuestros hijos.

Incluso la meditación, explica Davidji, puede ayudar a las relaciones conyugales o laborales. “Todo porque lo que se hace es más del corazón y del alma y no desde el ego, y si nuestro comportamiento no parte del ego entonces tenemos ya ganada la carrera. Esto no significa que no haya días difíciles, pero las soluciones son inmediatas y cada mes más afianzan a la pareja y se alinean, pero sin obligarse el uno al otro.