Nupcias por segunda vez
Casarse nuevamente es una decisión que vale la pena tomar cuando hay la seguridad de que la relación funcionará. Algunas recurren al apoyo profesional.
Hace diez años Gustavo tenía 44 años. Una época de cambios en su vida: llevaba apenas seis meses de divorciado cuando decidió, por necesidad o vocación, que debía tener un nuevo hogar porque no quería quedarse solo. Fue así como tuvo una novia con la que se casó después de un noviazgo de nueve años, con frecuentes separaciones.
Había diversas circunstancias por las que ambos no podían concretar el matrimonio. Eran las segundas nupcias de él y las primeras de ella. El tener un documento legal de unión, dice Gustavo, era solamente una formalidad, pues aunque no vivían juntos llevaban una vida de pareja en la que tenían que superar los conflictos.
“Creo que cuando uno toma la decisión de casarse por segunda vez lo hace consciente y con madurez. Uno trata de no cometer los errores de la anterior relación y, al menos en mi caso, trabajé para que todo funcione, y así fue. Sinceramente, nos amamos y somos felices”.
Elizabeth también se casó por segunda vez luego de un año de divorciada. Su expareja sufría de celos, le hacía la vida imposible y le fue infiel varias veces. Pero ella siempre quiso buscar la felicidad, se inscribió en una página de internet confiable para católicos, conoció a un médico que le brindó todo su amor y apoyo, y luego de dos años de relación se casaron.
“Cuando chateaba con él me di cuenta de que había encontrado al hombre que me haría feliz, y no me equivoqué. Él aceptó a mis tres hijos y yo a sus hijas, y a pesar de que ambos tenemos un carácter fuerte, más pudo el amor que las adversidades normales de la vida”.
Para la psicóloga clínica Cecilia Chávez Bowen de Larrea, experta en orientación familiar y terapia de pareja, toda persona merece una segunda oportunidad: en general y en lo romántico. Y para evitar repetir malas experiencias en una nueva relación de pareja lo ideal sería no involucrarse sentimentalmente de inmediato, sino después de analizar lo ocurrido y superar la ruptura anterior.
“Algunas personas quedan temerosas de volverse a enamorar, porque no quieren sufrir nuevamente. Es natural, pero solo por un tiempo. Luego hay que volver al baile, porque vivir en pareja da muchas satisfacciones”.
Otras personas se lanzan en brazos de quien pasa primero, en un intento de mostrar que el problema no estuvo en ellas. Pero, al no tomarse el tiempo necesario para esclarecer sus sentimientos y la pérdida por la que han pasado, eligen mal y la relación será, muy probablemente, otra mala experiencia.
Buscar asesoría
Según la psicóloga Toyi de Jácome, es recomendable que las personas que van a contraer nupcias por segunda ocasión reciban apoyo de un especialista en familia, porque esta nueva relación trae compromisos y reglas nuevas que deben construir juntos: la convivencia con los hijos de uno de ellos o de ambos, cómo llevar la relación que eso implica e incluso con la antigua pareja y qué cosas necesariamente tendrán que tratar en su interacción, entre otras.
También es importante la asistencia profesional, porque la ruptura de un matrimonio siempre es dolorosa y debe ser motivo de reflexión para quien va a comenzar por segunda vez una nueva relación, pues deberá hacer un inventario de cosas que no contribuyeron al antiguo vínculo, para no repetirlas.
Si hubo problemas en la comunicación, agrega, hay que establecer estrategias que ayuden a lograr una muy buena, no dejar de tener tiempo para los dos como pareja y establecer bien los acuerdos de interacción con los hijos de uno de los dos cónyuges o de la pareja en sí.
Si la pareja tiene hijos es importante entender que el éxito de una nueva relación radica en el respeto, la confianza y el buen trato que se les debe dar a ellos, aunque sea difícil lograr una buena relación con estos no es imposible.
Los vástagos, menciona, deben procesar su dolor frente a la ruptura matrimonial de sus padres y por ello se recomienda, antes de casarse por segunda vez, también la búsqueda de un especialista para los hijos, para que sean acompañados en este tiempo de pérdida emocional. No se debe obligar ni dar discursos a los hijos de que van a tener un nuevo padre o madre, pues los padrastros deberán ejercer su rol en función de la nueva pareja respetando los otros roles asignados.
Posibilidad de éxito
Sentir temor de fracasar en las segundas nupcias no está lejos de la verdad. Según Jácome, puede ocurrir ya sea por traumas de infancia, por problemas no arreglados con la familia secundaria o por romper los acuerdos establecidos al inicio de esta nueva relación.
Por eso, agrega, se debe tener en cuenta que empezar una nueva relación implica otra oportunidad estableciendo cambios que a los dos como pareja los va a beneficiar y también a los hijos de la primera relación y a los que vengan después.
Chávez dice que del aprendizaje que quede de la ruptura dependerá la manera de abordar una nueva relación. Si no hay tal aprendizaje, como manejo de celos, falta de compromiso, mala comunicación, entre otros, lo más seguro es que este tipo de comportamientos perdure.
Entonces, antes de casarse por segunda vez, explica, es importante ser honestos y reconocer nuestra responsabilidad en la ruptura. Y también es responsabilidad elegir bien nuestra pareja. El amor no es ciego, hay señales de lo que pasará. Y, la segunda vez, hay que hacer caso de lo que percibimos.
Un nuevo compromiso debe hacerse basado en expectativas realistas. No imaginar un mundo rosa y esperar que pase sin trabajar. Sí, el matrimonio es una tarea diaria. El esfuerzo por ser felices al compartirnos con nuestra pareja.
Por último, dice, el manejo financiero en la pareja es importante. Pues las carencias suman a la hora de separarse y las deudas de la pareja deben conocerse y saber de qué manera van a influir en la nueva relación. (F)
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Nueva relación
La psicóloga Cecilia Chávez Bowen de Larrea da algunas recomendaciones para quienes desean experimentar un nuevo matrimonio:
• Si el divorcio fue porque su pareja lo/la celaba demasiado, si la nueva pareja muestra signos similares, por favor, esté alerta.
• Tampoco exagere ante una sospecha de que va a ser como su ex. No haga pagar los platos rotos a quien no le toca.
• Llegar a acuerdos es muy positivo. Conversar los diferentes temas que les preocupen, en calma y buscando el bien mutuo.
• No confunda al amigo/a que se convierte en "paño de lágrimas" con su nuevo amor. Además de comprensión, hace falta esa chispa de deseo.
• Buscar ayuda psicológica puede ser buena idea si le cuesta mucho intentar iniciar una relación. Sus temores o dudas pueden esclarecerse mejor de esa manera.
• No tema a los cambios. Salir de la rutina es emocionante. No tema al estrés, hay estrés bueno, como enamorarse. No quiera controlar todo.
• Si hay hijos de nuestra nueva pareja, es importante poner las reglas juntos, para que todo marche en paz. (A veces por escrito). (F)