Ácido fólico, muy saludable

Es una vitamina B hidrosoluble que ayuda al organismo a crear células nuevas, también previene malformaciones en el bebé y evita ciertos males.

Probablemente ha escuchado sobre la existencia del ácido fólico por parte de una persona anémica o embarazada ya que lo consume en forma de píldoras, suplemento o a través de ciertos alimentos fortificados.

Pero lo que no sabe es que realmente es una familia de compuestos llamados folatos, que tienen una actividad biológica similar y se encuentra naturalmente en muchos alimentos. Por ello está clasificado dentro del grupo de vitaminas B, que son hidrosolubles.

El ácido fólico o folato participa en la síntesis, reparación y funcionamiento normal del ADN (ácido desoxirribonucleico, la base molecular de la herencia) y es necesario para producir y mantener nuevas células. Por eso es especialmente importante durante los periodos de rápida división y crecimiento celular que se presentan durante el embarazo y en el desarrollo de los niños pequeños.

Según el médico Ramón Vargas Vera, genetista y ginecólogo, es importante consumir ácido fólico, porque se ha comprobado mediante estudios que interviene en algunos factores metabólicos, principalmente en el de la enzima tetrahidrofolatoreductasa que participa en la inducción (estimulación) del sistema nervioso central.

Si la actividad de esta enzima está deficiente podría provocar  defectos del cierre del tubo neural (estructura a partir de la cual se forman el cerebro y la médula espinal) en los recién nacidos. Estos problemas podrían ser: espina bífida (vértebras que no se han cerrado apropiadamente), anencefalia (cuando se desarrolla una gran parte del cerebro o nada de él) o labio leporino, entre otros.

La doctora Myriam Reyes de Medranda, máster en nutrición, también comenta que últimos estudios han relacionado una baja ingesta de ácido fólico con el deterioro cognitivo, sobre todo, en la población anciana con depresión y riesgo de desarrollar alzhéimer. Además, una nutrición deficiente con folatos durante el embarazo, época del neurodesarrollo, puede llevar a problemas de aprendizaje posteriores en los niños.

También se conoce que consumirlo evita una anemia megaloblástica (menos glóbulos rojos y anormalmente grandes), glositis (inflamación aguda o crónica de la lengua) o trastornos digestivos, entre otros.

Cuánto consumir

Para evitar malformaciones en los recién nacidos, según Vargas, es necesario que toda mujer embarazada o que lo va a estar, consuma ácido fólico por lo menos 1 mg diario tres meses antes y después de la fecundación. Pero si ya hubo un defecto previo a este estado se sugiere tomar de 2 a 5 mg diarios por el mismo periodo.

También, dice Reyes, es importante consumirlo porque disminuyen las concentraciones sanguíneas de homocisteína, considerado como factor de riesgo en la aparición de arteriopatías por ser citotóxico. Incluso, hay estudios que demuestran relación entre altos niveles de homocisteína y aparición de depresión e incluso de alzhéimer. (S.M.de.C)

A lo natural

Los  folatos naturales se encuentran principalmente en las verduras y hortalizas, según la doctora Myriam Reyes. Pero, al ser sometidos a la cocción se pierde casi en un 50%, porque son sensibles al calor, a la oxidación y a la luz ultravioleta. Por esto, agrega, se recomienda primero hervir el agua donde se cocinan y cuando esto ocurra poner los alimentos a cocer el menor tiempo posible. Se puede aprovechar el agua de cocción para preparar otras comidas. De ser posible si el alimento lo permite, consumirlo crudo.
Las principales fuentes de folatos son: acelgas, espinacas,  espárragos, remolacha, col, garbanzos. En frutas naturales como naranja, guineo, toronja, melón, papaya; en frutos secos, almendra o avellana. También en los cereales fortificados usados para el desayuno. Incluso en el hígado, riñón, leche y sus derivados, y en la carne y los pescados, pero en mínima cantidad.