Alimentos y migraña

El dolor de cabeza intenso puede ser disparado por factores psicológicos, farmacológicos, ambientales e incluso por comidas consideradas inapropiadas.

Leonardo es un periodista de 42 años. A los 14 empezó a sufrir fuertes dolores de cabeza acompañados de latidos intensos en una o ambas sienes. Cuando los experimentaba, se encerraba en su habitación completamente a oscuras, porque la luz le molestaba mucho. El dolor se le presentaba dos o tres veces en la semana y le duraba de dos a tres horas.

“A medida que pasaban los años empecé a tomar distintos medicamentos contra el dolor de cabeza, pero como no me hacían efecto decidí acudir al médico, quien me diagnosticó migraña y me aseguró que con el paso del tiempo esta podía aumentar o bajar de intensidad”.

También le explicó que debía aprender a reconocer qué tipo de alimentos le provocaban la migraña. Es por eso por lo que Leonardo pudo descubrir que le afectaba comer chocolates, cebolla colorada, tomate, cerveza o vino, entre otros, y desde hace cinco años, dice, solo se le presenta una vez cada cuatro meses.

Pero ¿qué es la migraña? Es un dolor de cabeza de origen vascular que suele ser periódico y de marcada severidad de evolución temporal, y puede presentarse en uno o ambos lados de la cabeza. Además, es precedido por vasoconstricción de las arterias craneales.

Según el médico nutriólogo Severo Wong Guerrero, dichos ataques se acompañan de pérdida de apetito, náuseas y vómitos, por aparentes reacciones dopaminérgicas. El inicio de la enfermedad es variable, desde la infancia, adolescencia o adultez, y su frecuencia disminuye con la edad. Usualmente hay un fondo genético o familiar.

El dolor migrañoso, agrega, puede ser disparado por factores psicológicos, farmacológicos, ambientales (ruidos, sonidos, luces) y dietarios. Incluso, los estudios que relacionan la migraña con la dieta han sido muy difíciles de documentar y aún continúa la controversia. Las teorías más frecuentes son las de relacionar el inicio del dolor con reacciones alérgicas alimentarias; algunos la asocian con el exceso de sal en ciertos alimentos, y otros, en cambio, a reacciones químicas de ciertos productos que afectan al sistema vascular.

Alimentos alergénicos

Hay ciertas dietas de eliminación (que determinan si ciertas comidas causan reacciones desagradables o efectos secundarios) en pequeñas y grandes investigaciones que han demostrado algunas mejorías, pero no logran probar que ocurren reacciones alérgicas todo el tiempo. Incluso, dice Wong, en estudios en los que han usado RAST (test absorción radioalérgicas) se ha demostrado que en algunos pacientes se desarrollan alergias alimentarias, pero en otros no. Por esta razón se necesitan muchos más análisis para demostrar su verdadera incidencia.

En este tema, agrega, entran en controversia los alimentos que tienen leche o sus derivados, ya que cuando se toman en exceso se producen cantidades variables de histamina y en otros se presenta intolerancia a la lactosa.

Otros productos que contienen trigo, cebada, maíz o choclo también pueden iniciar migrañas, así como ciertos frutos secos: almendras, nueces, maní, cerdo, mantequilla y coco. Además, la levadura en ciertos panes produce migrañas.

El cloruro de sodio

En cuanto a los alimentos con sal, dice Wong, estamos rodeados de ellos. Por este motivo se debería evitar todo tipo de snacks como papitas fritas, chifles, bolones, cuerito de chancho, cachitos, sopas deshidratadas y enlatadas. Además, productos enlatados en general, embutidos, productos ahumados, salsa de soya o saborizantes como glutamato monosódico y cubos de diferentes marcas.

Esto se debe, según la máster en nutrición y dietética Silvia Alejandro, a que todos los aditivos alimentarios tienen una gran base de sodio; un solo alimento procesado tiene varios aditivos a la vez.

Tampoco, agrega Wong, hay que abusar de la comida china, nitritos y algunos productos que contengan edulcorantes artificiales, pues pueden producir migrañas, como ciertos dulces, donuts y tortas para diabéticos que contengan Aspartame.

Estimulantes químicos

También existen en los alimentos determinadas sustancias que causan reacciones químicas en el organismo y que provocan la migraña. Una de estas es la Tirosina, que se convierte en Tiramina, sustancia que se encuentra en el alcohol, el chocolate y en los quesos maduro, roquefort, holandés, cheddar, gouda o suizo.

Otra sustancia que dispara la migraña, dice Wong, es la Feniletilamina, y se encuentra en el chocolate, café, té verde o negro y colas, por lo que se recomiendan los descafeinados

Incluso, el alcohol contiene histaminas que provocan dilatación de vasos sanguíneos. En este grupo entran todos en mayor o menor grado, como cervezas, vino tinto, margaritas, coctelitos, gin, brandy y whisky, entre los más fuertes, y otros menos intensos como el vodca en pequeñas cantidades.

Otra sustancia causante de las migrañas, dice Alejandro, quien además es consultora en nutrición, es el triptofano. Este es un aminoácido que se encuentra en los productos lácteos, por esta razón se aconseja una dieta libre de proteína láctea. Además, la cafeína presente en una gran cantidad de alimentos procesados, especialmente los de mayor concentración como, por ejemplo, las bebidas energizantes, tampoco deben ser consumidas por las personas con migraña. Asimismo, las aminas biógenas, que se hallan en el chocolate, desencadenan el dolor de cabeza.

Alimentos que ayudan

Entre los alimentos que ayudan a mejorar los procesos migrañosos, dice Alejandro, se encuentran el magnesio, presente en el ajo y el perejil. Incluso, el jengibre, el melón y el ajo reducen la viscosidad de las plaquetas sanguíneas y mejoran la irrigación sanguínea del cerebro.

Por último, dice Alejandro, es aconsejable llevar un diario de comidas (dietas-dolor de cabeza) en el que se excluyan los alimentos sospechosos de causar migraña, y luego ir poco a poco introduciéndolos para probar la tolerancia y las reacciones orgánicas ante el consumo.

También es aconsejable llevar la dieta con un horario regular, ya que el no hacerlo es considerado como otro factor desencadenante de la migraña, así como los altos niveles de estrés.