Beneficios del agua carbonatada
A menudo se advierte que el agua mineral con gas puede traer problemas a los intestinos, los huesos y los dientes.
Todos sabemos que las bebidas dulces y gaseosas a diario no son buena idea. La combinación del azúcar con la acidez causada por la carbonatación no es buena. Cualquiera que ha tratado dejar monedas en un vaso de cola de un día para otro sabe que las encontrará limpias y brillantes. La razón es que el ácido fosfórico en la bebida remueve la capa de óxido que se ha acumulado en el metal.
Así que la alternativa es beber agua. ¿Con o sin gas?, preguntan en los restaurantes. Lo primero parece una buena opción. Pero si está en grupo, alguien le dirá que el agua con gas le hará daño, aunque no tenga muchas evidencias para respaldar eso.
Empecemos con el estómago. El agua gaseosa se hace al añadir dióxido de carbono a presión. El resultado es que el agua recibe el ligero ácido carbónico. Si se lo bebe deprisa, tendrá hipo e indigestión. ¿Pero qué tal si lo toma a un ritmo mesurado? Pues parece que se produce lo opuesto. En una prueba pequeña, pero aleatoria del Departamento de Medicina Clínica y Experimental de la Universidad de Nápoles Federico II, a pacientes con frecuente dispepsia o estreñimiento se les dio a beber agua, a unos con y otros sin gas, por 15 días. Luego se les hicieron una serie de exámenes. Ambas condiciones mejoraron en las personas que bebieron agua con gas, no así en aquellos que bebieron agua simple.
Si bebe mucha agua carbonatada, puede que se sienta hinchado, pero investigadores de la escuela de grado de Ciencias Humanas y Ambientales de la Universidad de Hyogo, en Japón, han encontrado que este efecto secundario podría tener un buen fin. Hicieron que un grupo de mujeres se saltara la cena y luego bebieran lentamente, unas agua simple y otras con gas. Descubrieron que 900 ml de gas se liberan de apenas 250 ml de agua, así que no era sorprendente que los estómagos de las mujeres se distendieran y que tuvieran sensación de llenura, aunque no habían comido. No se sintieron incómodas y así, el agua carbonatada se ha sugerido como una manera de evitar comer en exceso.
En los huesos
Y puede que haya escuchado que hay quien deliberadamente deja que el agua con gas pierda las burbujas para beberla si es que están deshidratados después de una indisposición estomacal o una resaca. Pero una revisión de esta práctica en niños con gastroenteritis aguda, realizada por el departamento de emergencias infantiles del Hospital General Watford (Reino Unido), encontró poca evidencia de que funcione, y que no se pueden comparar con los polvos rehidratantes, específicamente constituidos para contener sales y azúcares de repuesto en dosis correctas.
¿Pero cuál es el efecto del agua carbonatada en los huesos? ¿Los debilita? Nuevamente, la evidencia hasta ahora sugiere que no. Un estudio canadiense publicado en 2001 encontró que los adolescentes que beben muchas bebidas gaseosas (no agua) tenían menos calcio en los huesos, pero no podían decir si esto era un problema con esas bebidas o si era porque la gente que las bebe tiende a usarlas en lugar de la leche.
El estudio Framingham, que empezó en 1948 y siguió a un grupo de personas durante muchos años para descubrir más sobre los factores de riesgo de enfermedad cardiaca, desarrolló también un proyecto sobre osteoporosis, que involucra análisis extensivos cada cuatro años por parte de investigadores de la Universidad Tufts (Boston). En 2006, el equipo examinó la relación entre densidad ósea y bebidas carbonatadas. Miraron en detalle el consumo de más de 2.500 individuos.
Encontraron que las mujeres (pero no los hombres) que bebían gaseosas con sabor a cola tres veces a la semana tenían un menor promedio de densidad mineral en los huesos de la cadera. Otras fórmulas carbonatadas no causaban ninguna diferencia. La hipótesis de los autores es que el efecto probablemente se debe a la cafeína y a la acción del ácido fosfórico (que el agua con gas no contiene). Es posible que pueda de alguna manera bloquear la absorción de calcio, pero no se sabe cómo. Luego de diez años no hay un consenso.
Efecto acumulativo
¿Qué hay de los dientes? Seguramente cualquier ácido, por débil que sea, va a erosionar el esmalte en la dentadura. O tal vez no. Muy poca investigación se ha hecho con respecto al agua carbonatada, pues se ha centrado en otras bebidas de este tipo. Barry Owens del Colegio de Odontología de la Universidad de Tennessee condujo un estudio en 2007 comparando diferentes productos. En su estudio, las colas resultaron las más ácidas, seguidas por las versiones de dieta.
Owens argumenta que no es solo el pH inicial de una bebida el que importa, sino cuánto esta retiene esa acidez en presencia de otras sustancias, pues en la boca está la saliva y otras comidas que pueden afectar el nivel de acidez. Una revisión de diferentes bebidas las pone en el siguiente orden por su capacidad de interacción química. Bebidas carbonatadas sin base frutal, como la cola, son las más ácidas, seguidas por las gaseosas frutales, los jugos y el café.
Tomando piezas de esmalte y sumergiéndolas en diferentes bebidas no alcohólicas por 6, 24 y 48 horas, Poonam Jain, de la Escuela de Medicina Dental de la Universidad del Sur de Illinois, demostró que este sí empieza un proceso de erosión. Algunos argumentan que eso no es como en la vida real porque no mantenemos el líquido en la boca tanto tiempo. Pero en el curso de varios años, incluso unos pocos segundos se acumulan.
Un estudio del caso, publicado en 2009, sobre un empleado bancario de 25 años cuyos incisivos se desgastaron después de cuatro años de beber medio litro de cola al día, seguido por tres años en que subió esa cuota a un litro y medio, más jugo de frutas, es suficiente para asustar a cualquiera. Pero también depende de la manera de consumo. De este hombre se dijo que “sostenía la bebida en la boca por varios segundos antes de tragarla”. Investigadores suecos compararon los sorbos cortos, largos y el uso de sorbetes. Encontraron que mientras más tiempo permanece la bebida en la boca, más notable es la caída en pH bucal. Pero si hay un sorbete, el líquido va directo al fondo de la boca y hay menor oportunidad de daño. (I)
¿Qué hay del agua con gas?
En la Universidad de Birmingham, Catriona Brown puso dientes humanos sin señales de erosión en frascos con diferentes clases de bebida carbonatada saborizada durante 30 minutos. El efecto fue igual o mayor que el jugo de naranja, conocido por ablandar el esmalte.
¿Y el agua sin sabor?
En 2001, el equipo de Birmingham examinó 7 diferentes marcas de agua mineral sobre dientes extraídos. Su conclusión fue que el pH creado es de entre 5 y 6 (no tan ácido como la cola, que puede llegar hasta 2,5), mientras que el agua sin gas (del grifo) es neutral, con un pH de 7.