Desgaste en articulaciones

18 de Diciembre de 2016

Se denomina artrosis, un mal que por lo general afecta a rodillas y caderas.

Las articulaciones rinden muchísimos esfuerzos y frutos a lo largo de una vida, con lo cual tienen sus buenas razones para estar cansadas al pasar los años.

La falta de movimiento y la obesidad están entre las principales causas de aparición de una artrosis, explica el especialista Ramin Nazemi. Cargar mal y de un único lado del cuerpo también puede producir daños en las articulaciones. Pero también puede haber una predisposición genética o enfermedades como la osteoporosis, que alienten la aparición de esta problemática.

Sí, la artrosis se hereda, afirma el reumatólogo Mario Moreno Álvarez, en especial la que se produce en las manos. “Por supuesto, a esto se agregan otros factores de riesgo como la edad y la sobrecarga articular”.

Una de las primeras señales de alerta suele ser que por la mañana cuesta arrancar. Cuando uno se levanta y el cuerpo parece como oxidado y solo se pone en movimiento después de un rato, puede ser un primer indicador. Otras alertas son los dolores en las rodillas y caderas al someterlas a alguna carga. Cueste estirar por completo la rodilla.

Los primeros pasos

Observe cómo evolucionan las dificultades mientras se reducen las cargas. Esa es la recomendación de Nazemi. Si los dolores persisten, hay que acudir al médico. No necesariamente será una artrosis. Podrían ser problemas musculares.

Hay problemas cuando, al aparecer los primeros dolores, se toma algún medicamento analgésico. “Se puede ocultar o retardar el comienzo de enfermedades articulares más serias”, dice Moreno. “Ante todo dolor o inflamación articular se debe realizar una adecuada valoración para llegar al diagnóstico correcto e iniciar una terapia temprana y efectiva”.

Sí hay medicamentos, pero tienen que ser indicados por el médico. Pueden ser calmantes, ya sea en forma de pastilla o de inyección. También hay geles y pomadas. Dependerá de cada caso.

El movimiento es la clave

La artrosis no es una enfermedad que pueda curarse, pero en muchos casos los dolores pueden reducirse considerablemente y, además, evitar un desgaste acelerado de las articulaciones. El punto central de cualquier terapia será el movimiento, no la quietud. La gimnasia especialmente diseñada para estos casos y los deportes que no suman cargas adicionales a las articulaciones, como puede ser la bicicleta o la natación, son una gran ayuda contra la artrosis, sobre todo en sus primeras etapas. Fortalecerá las articulaciones.

Incluso los pacientes de tercera edad deben seguir esta máxima. “El ejercicio de bajo impacto es indispensable”, recalca Moreno. “Si no puede andar en bicicleta o nadar, puede caminar o realizar tai chi o yoga. O bien puede practicar los ejercicios indicados por el fisiatra o terapeuta físico. Además, siempre se recomienda cuidar el peso, una dieta adecuada, rica en calcio, baja en grasas, zapatos adecuados, colchón semiortopédico con almohada baja o sin ella, evitar objetos pesados o maniobras repetidas”.

La opción de la cirugía

Si la artrosis está avanzada y los dolores son muy fuertes, la falta de movimiento puede llegar a impactar mucho en la calidad de vida, de modo que la única salida será una operación. A veces la artrosis que afecta, por ejemplo, una rodilla puede llevar a que la persona desarrolle modos de caminar rengueando y eso, a su vez, podría impactar en la columna. Para evitar mayores estragos, puede ser útil evaluar la posibilidad de una operación.

Si su médico le aconseja operación, explica Moreno, será cuando haya agotado el tratamiento sin que el dolor ceda. “Si un paciente tiene daño articular por radiología, dolor inmanejable o limitación funcional, es hora de cirugía”.

No hay límites de edad para la operación, añade el reumatólogo, todo depende de los riesgos para el paciente y de la pericia y experiencia del cirujano.

Terapias alternativas

Esa es una pregunta que cada uno puede plantearle a su médico, que también será el que mejor pueda explicar qué posibles complicaciones existen a la hora de operar. Muchas veces la fisioterapia y otras medidas como los tratamientos con calor no son lo suficientemente efectivos.

En caso de que no pueda operarse, Moreno cita la terapia física y rehabilitación, instrumentos de descargas como bastón, andador, muletas, silla de ruedas y férulas. “Esto siempre acompañado de una adecuada terapia para el dolor”.

Si usted es joven, pero le preocupa tener tendencia a la artrosis, Moreno le recomienda evitar la vida sedentaria y el sobrepeso. Haga ejercicios acordes a su edad, lleve una dieta balanceada y cuide su postura. Evite los tacones altos y puntiagudos, los colchones blandos y las muchas almohadas. Pierda la costumbre de automedicarse. (I)

 

¿Artritis o artrosis?

Artrosis es uno de los nombres de la osteoartritis. Y es el tipo más común de las dolencias conocidas como artritis, de acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueletales y de la Piel de los Estados Unidos.
 

SÍNTOMAS MÁS COMUNES

La artrosis empieza con dolor articular, y evoluciona a rigidez, sensibilidad en las áreas afectadas, flexibilidad reducida, roce entre huesos y, pequeños depósitos óseos que pueden desarrollarse en esas zonas. Puede producirse hinchazón.
 

 

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