Los primeros meses
Las necesidades de alimentación de su bebé son únicas. A medida que lo conozca, descubrirá la cantidad o la frecuencia con la que necesita alimentarse y cómo manejarlo durante las comidas.
La leche materna o la leche de fórmula debería ser la única fuente de nutrición del niño en los primeros seis meses de edad y la principal fuente de nutrición durante los primeros doce meses, es la posición de la Academia Americana de Pediatría (AAP).
Cuando introduzca comidas sólidas a la dieta de su bebé, continúe amamantándolo hasta que cumpla por lo menos 12 meses de edad. Durante ese tiempo, usted y su pediatra deben prestar atención a su patrón de alimentación y asegurarse de que esté comiendo suficiente para crecer.
La mejor manera para estar seguros de esto es mediante chequeos y controles regulares. A continuación se detallan algunos puntos que hay que tomar en cuenta sobre la alimentación:
Establecer un patrón de alimentación no significa establecer un horario rígido e insistir en amamantar a su bebé durante un periodo determinado de tiempo ni que coma 4 onzas (120 ml) completas en cada comida. Es mucho más importante prestar atención a las señales de su bebé y trabajar con base en sus necesidades.
Si lo alimenta con biberón, probablemente llore cuando se lo termine si no ha comido lo suficiente. Por otro lado, si se alimenta con la cantidad adecuada en los primeros 10 minutos, puede ser que se detenga y se quede dormido.
Durante el primer mes, los bebés lactantes demuestran que desean comer cuando buscan que los amamanten (por instinto voltean su cabeza hacia el seno) o colocan su puño en su boca y se lo empiezan a succionar.
Llorar es una señal tardía del hambre. Es más fácil amamantar al bebé cuando muestra las primeras señales de hambre o mueve sus labios. Debe alimentar a su bebé al menos cada dos o tres horas, cuando lo pida, con la intención de alimentarlo de ocho a doce veces al día.
Durante el primer mes, debe alimentar a su bebé durante el día y la noche. De hecho, si su bebé duerme placenteramente durante la noche, puede ser un problema debido a que no comerá lo suficiente.
Por lo general, su bebé habrá comido lo suficiente después de 15 o 20 minutos. Después de ese tiempo, con frecuencia empezará a verse somnoliento o se dormirá. Si parece que aún tiene hambre después de haber comido bien en el primer seno o se despierta durante un cambio de pañal, ofrézcale el otro seno.
Si el bebé come durante largos periodos, puede ser indicio de que no está tomando bien el seno o no está ingiriendo suficiente leche para llenarse o saciarse.
Los periodos de crecimiento abrupto pueden ocurrir en diferentes momentos para cada bebé. Al inicio de la segunda semana y entre las semanas tres y seis, su bebé puede pasar por periodos de crecimiento abrupto, en los que posiblemente tenga más hambre de lo normal.
Aun cuando no note un aparente crecimiento, el cuerpo de su bebé está experimentando cambios importantes y necesita calorías adicionales durante este tiempo. Si está amamantándolo, prepárese para hacerlo con más frecuencia; una alimentación con leche materna más frecuente estimulará el cuerpo de la madre para la producción de más leche.
Si alimenta a su bebé con biberón, intente darle un poco más en cada comida. Si su bebé tiene un problema de nutrición, es probable que empiece a perder peso o no gane peso adecuadamente. A continuación encontrará algunas señales que le pueden ayudar a detectar ese problema.
Normalmente, de dos a cinco días después de dar a luz, sus senos se llenarán mucho más. Deberá notar sus senos llenos y algo firmes antes de amamantar a su bebé y más suaves después de haberlo amamantado. Mientras su bebé se alimenta de uno de sus senos, posiblemente note que cae o sale leche de su otro seno.
Si no nota sus senos llenos después del quinto día o no ve que gotea leche de su seno cada vez que empieza a amamantar a su bebé, es posible que no tenga un suministro de leche adecuado o el bebé no esté proporcionando suficiente estímulo cuando succiona. Estos también pueden ser signos de problemas médicos que no están relacionados con la nutrición de su bebé, por lo que debe llamar a su pediatra si continúan.
Todos los bebés deben someterse a un chequeo después de tres a cinco días de su nacimiento y de 48 a 72 horas después de que se le ha dado de alta del hospital para ayudar a detectar cualquier problema.
La mayoría de bebés de esta edad empiezan a regurgitar ocasionalmente después de las comidas. Esto se debe a que la válvula muscular entre el esófago y el estómago es inmadura. En lugar de cerrarse firmemente, permanece suficientemente abierta como para permitir que el contenido del estómago regrese y regurgite levemente por la boca.
Esto puede ser normal, posiblemente no le haga daño a su bebé y se resolverá a medida que su bebé crece, por lo general al año de edad. Si su bebé está subiendo de peso adecuadamente y no tiene ningún otro problema, eso debe darle la tranquilidad de que todo va bien.
Si la regurgitación ocurre con frecuencia o está asociada con diarrea, salpullido o dificultad para ganar peso, puede indicar una alergia alimentaria o problema con el tracto gastrointestinal y debe contactar a su médico.
CEREAL EN EL BIBERÓN
Hay varias razones de peso por las que no debería hacerlo a menos que lo recomiende su pediatra. Se considera que el sistema digestivo de un bebé no está bien preparado para procesar el cereal hasta aproximadamente los 6 meses de edad.
POR QUÉ ESPERAR
Ofrecerles cereal antes de que los bebés estén listos (antes de los 4 o 6 meses) puede aumentar la probabilidad de atragantamientos y alergias. Pero la mayor razón tal vez sea la sobrealimentación: puede que el bebé ingiera demasiadas calorías.
Fuente: Academia Americana de Pediatría