Lunch para alumnos dulces
En la escuela hay que permitir a los niños comer, tomar agua o ir al baño las veces necesarias. El lunch es personalizado.
Sufrir de diabetes es un problema serio a nivel mundial que provoca mucho daño al organismo cuando no se lleva un buen control. También se sabe que el exceso de azúcar en la sangre no solo es un problema de adultos, sino también de infantes.
Según el Centro de Diabetes Joslin, situado en Boston, Massachusetts, EE.UU., todo el mundo necesita una hormona llamada insulina para ayudar al cuerpo a usar energía de los alimentos para crecer, jugar y sentirse saludable, y la mayoría de la gente ya la tiene en sus cuerpos. Pero los niños que sufren de diabetes no poseen nada de insulina, y tienen que obtenerla a partir de una inyección o una bomba de insulina en su lugar. Estos son llamados insulinodependientes.
Incluso, explica Aracely Basurto, educadora en diabetes y presidenta de Fuvida (Fundación Vivir con Diabetes, miembro de la Federación Internacional de Diabetes), los niños que tienen sobrepeso por una mala alimentación y sedentarismo están en riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Por ello, si bien los padres son los llamados a cuidar de la salud del niño diabético, también tiene que ser una responsabilidad compartida por los maestros o directores, porque pasa muchas horas en la institución educativa.
El niño en la escuela, agrega, requiere de permisos especiales tanto para ir al baño como para tomar sus alimentos en horarios específicos. Incluso es fundamental que no sean excluidos de participar en eventos sociales, excursiones o paseos, porque pueden hacerlo.
Fuvida realizó una encuesta a 100 familias de niños con diabetes y determinó que el 82% de los profesores desconocía cómo actuar en caso de una hipoglucemia (baja de azúcar) o una hiperglucemia (glucosa alta). Pues, dice Basurto, muchos de estos niños requieren dosis extras de insulina porque consumen carbohidratos para su snack. Además, el 2% de las escuelas posee un monitor de glucemia y el 98% no lo tiene.
Monitorear glicemia
Las escuelas no solo deben tener a una enfermera capacitada, sino también un glucometer (aparato que mide la glucosa en 5 segundos) y una ampolla de glucagon (hormona que sube la glucosa inmediatamente). Esto porque un niño con diabetes tipo 1, agrega Basurto, siempre necesita monitorear su glucemia e inyectarse insulina. Por ende debe ser guiado por una persona adulta previamente entrenada en diabetes, por un educador o sus padres.
Según María Teresa Onetto, nutricionista de la Fundación Diabetes Juvenil de Chile, los niños con diabetes tipo 1 deben inyectarse insulina de acuerdo con los alimentos que ingieren en cada comida. Por eso es fundamental que la prescripción de las dosis de insulina la realice un diabetólogo o un endocrinólogo pediatra.
“La cantidad de carbohidratos que debe consumir un niño al día debe ser prescrita por una nutricionista que maneje el tipo de insulina que usa. Es muy importante una correcta educación del conteo de carbohidratos y porciones en niños con diabetes tipo 1 (DM1), para un óptimo tratamiento”.
Asimismo, explica Basurto, a la hora de hacer ejercicio el entrenador físico debe pedir al niño chequear su glucemia y no realizarlo en rangos menores de 100 mg/dl ni mayores de 240 mg/dl. En ese caso el niño deberá ingerir algún carbohidrato complejo, para que sus niveles suban de 100 mg/dl y pueda hacer ejercicio sin riesgo de hipoglucemia; y en caso de hiperglucemia, beber agua para bajar los niveles y por ningún motivo inyectar insulina antes del ejercicio.
“El monitoreo de la glucosa debe realizarse antes, durante y después de los ejercicios. Además es importante saber que los niños y adolescentes diabéticos están aptos para hacer cualquier ejercicio con las recomendaciones del médico”.
A la hora del lunch
Los niños con diabetes, dice el Centro Joslin, por lo general pueden tener el mismo tipo de alimentos que comen todos los demás, siempre que consulte con un adulto y se asegure de que no hay suficiente insulina en el cuerpo para trabajar con la comida.
Pero, explica Basurto, uno de los problemas en nuestro medio es que en la mayoría de los bares de las escuelas no se ofrecen alimentos nutritivos y saludables, y los niños diabéticos no quieren llevar loncheras, sino comprarlos.
Por ello, menciona, los alimentos de la lonchera preparados en la casa pueden ser saludables y adecuados para el plan de alimentación del niño con diabetes.
Para Onetto, la alimentación de un niño con diabetes tipo 1 debería ser igual que la de un niño que no tiene diabetes, basándonos en los conceptos de alimentación saludable. Lo más importante es leer los ingredientes del etiquetado nutricional y ver que no contenga azúcar o sacarosa.
Deben ser alimentos de porciones pequeñas que contengan entre 15 y 20 hidratos de carbono. Se sugiere hacer una rotativa y enviar en la lonchera alimentos de todos los grupos distintos días a la semana: lácteos, cereales, pan, galletas, frutas... Además es importante que lleven alimentos que contengan azúcar, como jugos en cajita o azúcar para disolver en agua en caso de tener una hipoglicemia.
También, dice Basurto, hay que permitir que los niños diabéticos puedan comer en cualquier momento y lugar según sea necesario, y almorzar a una hora apropiada con suficiente tiempo para terminar los alimentos. También beber agua cuando lo requieran, permitir asistir a citas médicas y tomar días de enfermedad cuando sea necesario. (I)
Frutas y semillas
Incluya en la lonchera refrigerios saludables como frutas, nueces o semillas, que el niño pueda consumir al final del día escolar para evitar comprar alimentos en el bar y así mantener el nivel de azúcar bajo control, según www.cdc.gov
Actividad física
El niño diabético debe hacer por lo menos 60 minutos de actividad física al día. Ser activo puede ayudarle a mejorar su control del azúcar en la sangre. Anímelo a sacar a caminar al perro, montar en bicicleta o jugar básquetbol.