Oncología en Ecuador
Las técnicas en cirugía, quimioterapia, inmunoterapia, medicina del dolor y cuidados intensivos se renuevan cada día; especialistas explican algunas de ellas.
El tratamiento del cáncer sigue avanzando hacia la personalización. Dependiendo del tipo de cáncer, del tipo histológico y tamaño del tumor, el médico es cada día más capaz de saber qué le conviene al paciente para vivir más, como explica Luis Péndola, cirujano oncólogo y general del Centro Oncológico Integral (Cenoni), en Guayaquil, donde se brinda prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Primero resalta la necesidad de que las opciones de tratamiento sean decididas por un comité para diseñar un tratamiento a la medida de la persona: oncólogos clínicos, cirujanos oncólogos de diversas especialidades, médicos del dolor, patólogos, psicólogos oncólogos.
Para el cirujano oncólogo y laparoscópico Francisco Nevárez Noboa, esto es una garantía de la oncología moderna, que ha visto grandes cambios en los últimos años, como el uso de la quimioterapia antes de la cirugía, lo cual era impensable hasta hace unos años. “Lo lógico es ver cómo responde el tumor a la quimioterapia y luego ir a la cirugía. Se ha visto que si se da quimioterapia previa, las probabilidades de una cirugía exitosa son mayores”.
Cambios en los protocolos
Además, señala, es necesario que se sepa que la cirugía oncológica se puede hacer por laparoscopia, con menos dolor y menos tiempo de recuperación; “puede recibir quimioterapia en la semana tres, en vez de esperar a la seis, como ocurre en la cirugía abierta”.
“Hay protocolos establecidos de tratamiento para cada tipo y estadío de cáncer. Se aplican de acuerdo al paciente”, dice Péndola. “En cáncer de mama, la quimioterapia previa a veces hace que el tumor desaparezca. Y en vez de una mastectomía total, se hace una cirugía conservadora. Antes se sacaban todos los ganglios de la axila, ahora se trabaja con el ganglio centinela”.
Ganglio centinela
Este es descrito como el primer ganglio al que llegarían las células cancerosas (a veces puede haber más de uno), que se retira por un procedimiento especial y se envía a revisar mientras la paciente está sedada; si el resultado es negativo, sugiere que no es necesario sacar el resto; si es positivo, indica que el cáncer puede estar en otros ganglios y, tal vez, órganos, tal como especifica Cancer.org. “Desgraciadamente, agrega Péndola, a menudo se ven pacientes a quienes les han quitado todos los ganglios (sin ser menester), y tienen un 30-40% de riesgo de terminar con el brazo hinchado”.
La decisión depende del estadío del cáncer, indica Péndola. “Los pacientes con tumores de 3 cm tienen el 15% de probabilidades de tener ganglios positivos en la axila; el resto, el 80% de personas, no”.
“Este procedimiento de quitar todos los ganglios es aún el estándar localmente”, comenta Nevárez, “cuando hay un tumor de 3 centímetros, lo habitual es que a la paciente se le quite todo el seno y todos los ganglios, algo que ya no se hace en el resto del mundo”.
Oncoplastia
Es el uso de las técnicas de cirugía plástica aplicadas al cáncer de mama, tanto en una cirugía radical como en una conservadora. Como detalla Péndola, “una paciente con un tumor pequeño puede, si quiere, recibir cirugía reconstructiva durante la cirugía para remover el tumor”.
Cirugía de Mohs
Péndola defiende también la actualización en técnicas que han evolucionado, como la cirugía de Mohs, desarrollada en la década del treinta. No solamente sigue vigente, sino que es el estándar dorado en el tratamiento de cáncer de piel, como confirma SkinCancer.org, por los bajos porcentajes de recurrencia, numerosos casos de cura y por tener los mejores resultados cosméticos.
Es la técnica más efectiva en el carcinoma de células basales y el de células escamosas (tasa de cura del 98%, mejor que en la escisión clásica), los dos tipos más comunes de cáncer de piel. El objetivo es preservar la mayor cantidad de tejido sano mientras se eliminan por completo las células del cáncer.
Desafío para la oncología ecuatoriana
El cáncer tiene la capacidad de, además de originarse en un determinado órgano del cuerpo, multiplicarse descontroladamente y comenzar a sembrar células a distancia. Estas células hijas se implantan en órganos cercanos o pueden diseminarse por vía sanguínea, a mayor distancia: el cerebro, los huesos.
Las metástasis se clasifican en función del lugar donde aparecen y del tiempo, así se determina qué tan agresivo es un tumor y define cuál es el mejor tratamiento. “Cuando somos capaces de resecar la metástasis en su totalidad, garantizamos al 60% de los pacientes tiempos de vidas prolongados, entre 5 y 10 años”, explica el cirujano oncólogo, hepato–biliar y de trasplante de hígado Raúl Oleas Chávez. Quienes tienen tumores de colon y recto con metástasis al hígado, al pulmón o a los ganglios linfáticos, tumores del estómago, de mama o de ovarios tienen hoy opción de ser bien tratados.
“Todos los pacientes deben ser evaluados con la intención de resecar los tumores en su totalidad. No se logrará en todos, pero sí en la mayoría: ya que hoy existen estrategias innovadoras en cirugía, ellos pueden y deben ser operados con hepatectomía o resección de pulmón”. ¿Y de aparecer una nueva metástasis en el mismo órgano? “Se pueden operar nuevamente y a partir de entonces se ofrece la misma expectativa de vida que la vez anterior”.
“Ya no es como hace 20 o 30 años, en que se decía que si el tumor invadió más allá del órgano inicial, no había nada que hacer”, enfatiza Oleas, “pues tenemos muchas armas terapéuticas muy bien desarrolladas”: habla de los progresos de la técnica quirúrgica oncológica, la anestesiología, cuidados intensivos y nuevos medicamentos en varias líneas de quimioterapia e inmunoterapia para cada tumor.
“Si una de esas líneas no funciona, estamos en condiciones de evaluar y saber, por características genéticas, a qué tipo de quimioterapia va a responder el tumor, para no trabajar a ciegas, sino dar un tratamiento personalizado”.
Eso, asociado a una excelente cirugía oncológica, mínimamente invasiva, garantiza sobrevidas de 5 a 10 años, y pacientes que salen cada vez más rápido de la hospitalización. Todo esto a condición de que haya un posoperatorio exitoso y se evite complicaciones como infecciones hospitalarias.
Cuidados en el posoperatorio
Lo más importante en esta fase es el estado nutricional, de modo que se habla de inmunonutrición, “pues la alimentación modula el sistema inmune”. Así lo afirma el médico clínico intensivista Jaime Benites Solís, especialista en enfermedades infecciosas. “Esto significa que no haya perdido el 10% del peso corporal. Si tenía 70 kilos, que no haya perdido 7 en una semana, porque en ese caso estaría desnutrido y sería presa fácil de complicaciones tras una cirugía de cáncer”.
La desnutrición produce inmunodepresión y retarda la cicatrización y curación de las heridas. De ahí la importancia de que el paciente de cirugía oncológica vaya preparado con un peso ideal para su estatura y los niveles de proteínas adecuados, metabólicamente estable. (D.V.) (I)
Inmunoterapia
Se realiza con drogas creadas a partir de anticuerpos que bloquean los caminos que el tumor podría tomar para seguir creciendo. “Todavía no tenemos identificados todos los caminos ni los anticuerpos específicos para cada camino”, dice Oleas.
Talento humano
“El cirujano oncólogo tiene que estar entrenado en tratar a determinado grupos, como el paciente hiperdelicado de tercera edad. Alguien de 70 años o más no es un caso perdido”, opina Oleas, “ni lo es un joven con un cáncer avanzado”.