Rinitis alérgica, un mal común
La inflamación crónica de las vías nasales debido a alérgenos, en especial los ácaros del polvo, produce malestares que disminuyen la concentración, memoria y causa pobre rendimiento escolar o laboral.
Si estornuda al menos cuatro veces en el mismo instante, le pica la nariz, le lagrimean los ojos y no puede respirar adecuadamente porque siente que una de las fosas nasales la tiene obstruida, es muy probable que padezca de rinitis alérgica (RA).
Esta enfermedad es la forma más común de inflamación crónica de la mucosa nasal y regiones aledañas del aparato respiratorio. Se encuentra presente entre el 25 y el 30% de la población mundial y en todos los grupos de edades. Suele comenzar tempranamente desde los primeros meses del nacimiento y mantenerse a lo largo de toda la vida, aunque de manera eventual puede iniciarse en la edad escolar, la adolescencia e incluso la adultez.
Según el alergólogo pediatra Manuel Viteri Acaiturri, la rinitis alérgica se produce como la respuesta exagerada del sistema inmune (forma de defensa del organismo) frente a elementos que están en el ambiente y a las que normalmente no se debería responder. “Nuestros mecanismos de defensa trabajan más de lo normal y fabrican anticuerpos contra sustancias que no son dañinas en sí. La particularidad de estos es que al activarse producen inflamación”.
Para la alergóloga Donna Rikeros de Salazar, la RA se asocia frecuentemente con síntomas oculares como lagrimeo, prurito ocular (picazón), ojo rojo, incluso laríngeos y óticos (oídos).
Sin embargo, dice, para determinar si la persona sufre de rinitis alérgica es muy importante hacerle un buen diagnóstico. Primero mediante su historia clínica detallada y segundo, a través del examen físico. Entonces a base de su historial se investiga acerca de factores genéticos, la respuesta a los medicamentos utilizados, la presencia de alteraciones coexistentes, la exposición ocupacional y ambiental y la calidad de vida.
Incluso, agrega, para ver si hay presencia de Inmunoglobulina E Alérgeno Específica se debe someter el afectado a pruebas cutáneas (pick) o de laboratorio (determinación sérica).
¿Gripe o alergia?
La rinitis alérgica es una alteración subdiagnosticada y subtratada debido a que muchas veces se deja pasar tiempo antes de hacer el tratamiento adecuado, según Viteri. Primero porque se confunde con “gripes” frecuentes y segundo porque existe el mito de que las enfermedades alérgicas no pueden tratarse en niños antes de los 3 o 4 años de edad.
“Esa práctica errada lleva a que la enfermedad avance y sea más difícil de tratar después. Además, existe una clara relación entre el desarrollo de asma bronquial y la rinitis alérgica no tratada”, asegura.
Muchas veces esas “gripes” en los niños que se repiten frecuentemente, dice, son en realidad el inicio de la enfermedad alérgica nasal. Incluso, a veces, por los trastornos de sueño que presentan debido a la mala ventilación por la obstrucción nasal pueden experimentar cansancio persistente, irritabilidad y pobre rendimiento escolar o en el trabajo. Y en casos extremos podría haber trastornos del crecimiento.
También refiere la odontóloga Mirella Estrella de Pólit, la rinitis alérgica produce el síndrome del respirador bucal, pues esta enfermedad produce congestión nasal, por lo que el niño buscará respirar por la boca, de esta manera al no cerrar los labios no ejerce pared muscular de presión y los dientes superiores y su hueso maxilar que los sostiene tienden a irse hacia afuera.
Empezar tratamiento
Para los alergólogos, el propósito del tratamiento contra la rinitis alérgica es la eliminación de los síntomas, la mejoría del desempeño del paciente, la prevención de complicaciones y evitar efectos secundarios. Por ello, tan pronto como se la diagnostica hay que usar medicación preventiva para controlar la inflamación a largo plazo, inmunoterapia (vacunas de alergia) y controlar la exposición a lo que se es alérgico.
Pero, dice Viteri, el uso de medicación sintomática (antialérgicos, antigripales) debe quedar restringida a situaciones puntuales y no debería ser de elección a largo plazo. Además, hay que investigar si existen otras alteraciones asociadas (asma, sinusitis, entre otras) con el fin de tratarlas al mismo tiempo.
Tampoco, dice, tiene sentido evitar hacer actividades normales como nadar o salir por la noche, entre otras, porque atentan contra la calidad de vida. No resuelve ningún problema y en realidad causa más alteración a la larga.
Por último, dice Rikeros, muchos aeroalérgenos (partículas transportadas por el aire que producen alergia) como los ácaros, en especial, se asocian con la rinitis alérgica. Para evitarlos se debe usar colchones con protectores, lavar las sábanas con agua a 55 °C, disminuir la acumulación de polvo, no tener peluches y evitar la exposición a hongos removiendo las humedades y objetos contaminantes, entre otros. (S.M.de.C)
Trastornos de atención
El neuropsiquiatra Pedro Posligua dice que los pacientes con rinitis alérgica con el tiempo pueden sufrir de trastornos en la atención sostenida y en la memoria, porque al no profundizarse el sueño no se produce la consolidación de la memoria a través de unos procesos denominados potenciación a largo plazo.
Asma en riníticos
Los niños con rinitis alérgica tienen hasta tres veces más riesgo de sufrir asma cuando no se tratan el trastorno en la nariz. De hecho, se considera que el 90% de los asmáticos presenta síntomas de rinitis y casi el 60% de los riníticos pueden presentar crisis de asma.
Práctica deportiva
La intención del tratamiento oportuno y adecuado contra la rinitis alérgica es mantener controlados los síntomas y la inflamación de la vía aérea, sobre todo proteger la calidad de vida, que incluye la práctica de natación u otros deportes acuáticos.
Del 10 al 30% en los adultos y el 40% en los niños, es la prevalencia de rinitis alérgica a nivel mundial.