Temblor esencial

13 de Abril de 2014

Esos pequeños movimientos involuntarios que se notan al escribir o agarrar un vaso se pueden dar en personas sanas. La herencia puede estar involucrada.

Uno de los temblores y movimientos anormales más comunes, que se estudia en el área de la neurología y que lo padecen algunas personas sanas, es el conocido como temblor esencial (TE), también denominado idiopático, familiar y senil.

Según el neurólogo Rafael Aguirre Navarrete, aún no se sabe con exactitud qué lo origina. Pero se sospecha mediante investigaciones que tiene una base genética hereditaria autosómica. Significa que basta que el gen alterado lo posea uno de los progenitores, el padre o la madre, para que cada hijo tenga el 50% de probabilidades de heredarlo.

Sin embargo, agrega, también puede ocurrir en muchos miembros de una misma familia. Incluso, no todos los que heredan el gen desarrollan síntomas de TE; pero también podría darse el caso de personas que lo padecen sin tener ningún antecedente familiar.

Generalmente, explica el médico, el temblor esencial se presenta entre los 60 y 65 años de edad, pero también se hace evidente con frecuencia en gente joven de 20 o 30, y a medida que se hacen mayores los síntomas empeoran. Muchos empiezan con un temblorcito rítmico permanente que afecta las manos y los brazos.

Incluso puede provocar que la voz, la cabeza, la barbilla y las piernas se muevan de forma involuntaria, especialmente en las personas mayores de edad que tienen predisposición a padecer de temblor esencial o senil, por eso algunos tiemblan y otros no.

“Una de las características que le sirven al neurólogo para diagnosticar el temblor esencial en gente joven es cuando le relatan que este mejora en las manos con la ingesta de unos pocos tragos de alcohol fuerte como, por ejemplo, el whisky”.

Otra característica del temblor esencial benigno es ser bilateral y persistente. Que se acentúa con la postura y la intención o acción. El primero sucede, por ejemplo, cuando la persona extiende los brazos hacia adelante y el segundo ocurre al llevarse un vaso de agua a la boca, comer o al escribir.

Para el geriatra Aldo Guevara D’Aniello, son muy pocas las actividades que les impide realizar el temblor esencial. Es más una sensación subjetiva de inutilidad y el prejuicio, porque el temblor se presenta en momentos de tomar un cubierto o al señalar.

Por ello, agrega, el paciente que lo sufre acude al médico y en pocas ocasiones no cree que sea algo benigno, además desconfía del tratamiento, pues considera que esas técnicas no son adecuadas o son demasiado simples, hasta tontas para el siglo XXI. Algunos hacen fijación con el asunto y es cuando más tiemblan. “Pero al menos en mi experiencia, el temblor esencial no daña la firma como el Parkinson”.

Lo confunden con el Parkinson

El temblor esencial (sin causa conocida), dice Aguirre, puede también confundirse con temblores, que obedecen a otro tipo de padecimientos muy diferentes, como los que ocurren en quienes sufren de enfermedades como hipertiroidismo, Parkinson, cuyo temblor generalmente surge cuando las manos están en reposo o descanso y se acompaña de rigidez.

También en alguien diabético cuando experimenta una baja de glicemia –azúcar en la sangre– y se pone tembloroso, acompañado de sensación de desmayo y taquicardia. Asimismo, explica Aguirre, pueden presentarse temblores parecidos en pacientes con cirrosis, alteraciones hepáticas, trastornos metabólicos o urémicos, pero estos suelen tener otras características y se encuentran otros síntomas.

Incluso, agrega, el temblor esencial también puede empeorar ante situaciones de estrés, nerviosismo, ansiedad o depresión. Por ello, dice Guevara D’Aniello, es conveniente hacer exámenes hormonales completos para descartar patologías glandulares, además del neurológico.

Aguirre incluso sugiere investigar la suspensión de ciertos medicamentos que producen temblor parecido al esencial, como los ansiolíticos, que causan abstinencia, o el uso de antidepresivos, que pueden producir temblor. También en caso de drogadicción, ya que la misma droga puede provocar temblores.

Controlable con medicación

El temblor esencial benigno, indica Aguirre, es controlable con medicamentos betabloqueantes. El que más se ha usado y que da buenos resultados es el propanolol, asegura. Este se lo usa normalmente para bajar la presión arterial. “También hay otros medicamentos que no los venden en el país como la primidona, que es un anticonvulsivo. Según la Literatura, va muy bien contra los temblores esenciales, pero nunca es mejor que el propanodol”.

Asimismo, hay otros anticonvulsivos llamados topiramato o gabapentina. Se usan cuando por alguna razón el paciente no puede usar el propanodol, como, por ejemplo, en personas asmáticas, ya que les produce mayor constricción de los bronquios o en quienes sufren de ciertas patologías cardiacas.

Por último, Guevara D’Aniello sugiere que los pacientes con temblor esencial usen las manos. Deben pintar, tejer o diseñar. También escribir cartas largas o poesía, dibujar, dedicarse a la escultura, amasar barro o harina, entre otros. Esto acompañado del tratamiento farmacológico y de ejercicio físico en general o gimnasia acorde con la edad, que actualmente es tan popular y se practica en parques. (S.M.)

 

Mientras se envejece

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de los EE.UU., la frecuencia del temblor esencial puede disminuir a medida que la persona envejece, pero la gravedad parece aumentar afectando la habilidad para realizar ciertas tareas.
 

Cuidados caseros

Los institutos nacionales de los Estados Unidos sugieren a las personas que padecen temblores y que empeoran con el estrés, ensayar con técnicas que las ayuden a relajarse. Y para los temblores de cualquier causa, evitar la cafeína y dormir bien.
 

 

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