‘Mi madre se quedó esclava de mi padre’
Siempre tuve problemas con mi papá por ser grosero y antipático. Prácticamente viví mis veinte años de edad soportando el maltrato psicológico que me dada y esto no era solo conmigo, sino con todos mis hermanos e incluso con mi madre. Él nos hizo mucho daño, quizás a unos más que a otros y aunque mi madre le pedía que cambiara siempre decía que él era así y que no tenía por qué cambiar.
Nunca nos trató con amor y cualquier observación que hacía era gritando y de paso manifestaba que nosotros éramos los agresivos cuando era él quien se portaba como un salvaje. Yo ya no soportaba esta situación, me estaba volviendo loca o me salvaba de esa casa de locos o me perdía por el corredor. Cualquiera en mi lugar lo habría hecho. Así que un día leyendo una respuesta de El Especialista, sobre un caso parecido, el psicólogo sugería que se comunicaran y que llegaran a acuerdos, yo quise poner en práctica ese consejo, pero sinceramente no fue posible.
Esto sucedió hace cinco años y la solución que encontré apenas tuve un trabajo fue independizarme. Alquilé una pequeña suite y poco a poco fui saliendo adelante. Nunca dejé de estudiar, al contrario, siempre pensé que la única solución para superarme era tener una carrera. En esa época me matriculé en la Universidad estatal de Guayaquil y aprendí idiomas. Ahora soy maestra y me siento realizada y en paz. Lamentablemente mi madre se quedó siendo una esclava de mi padre con la justificación de que lo ama y mis hermanos gracias a Dios siguen mi ejemplo,
Julieta,
Guayaquil