El pasado y clima futuro

Por Paula Tagle
26 de Marzo de 2017

Existen múltiples maneras de estudiar el clima de tiempos pasados, a través de núcleos de perforación, por ejemplo. Hace muchos años, en Bélgica, tuve la suerte de trabajar con muestras tomadas en los sedimentos del río Guayas. Era un proyecto que involucraba a la Universidad Libre de Bruselas, donde yo cursaba mi maestría, la Escuela Politécnica del Litoral, donde había obtenido mi ingeniería, y el Inocar. Estando lejos del país pude analizar muestras del río de mi propia ciudad y viajar en el tiempo datando las diferentes capas de material para estimar las tasas de acumulación de sedimentos. Reconocí épocas con mayores depósitos, tal vez años El Niño donde el río acarrea gran cantidad de material, a la vez que temporadas de sequía.

En Galápagos también se han realizado estudios de paleoclima. En la laguna de El Junco (isla San Cristóbal), el doctor Julian Sachs de la escuela de Oceanografía de la Universidad de Washington en Seattle, ha trabajado desde 2004 en la reconstrucción del clima con muestras de núcleos de sedimentos.

En un artículo publicado en el libro Galápagos, preservando el legado de diversidad, de Darwin de Tui de Roy, Julian describe su trabajo. En 2004, luego de tres semanas de perforación, lograron completar 40 metros de núcleo de siete hoyos en distintas lugares. El más grande llegó a doce metros de profundidad, es decir, en tiempo geológico, hasta sedimentos depositados hace 120.000 años, último periodo cálido interglaciar.

A través del análisis de estos núcleos, los investigadores de la Universidad de Washington descubrieron que hubo una etapa tan árida como la de fines de 1800 y principios de 1900, y ocurrió en el décimo siglo de nuestra era un evento La Niña. También han reconocido el período más húmedo de la historia desde 1200 a 1800, durante la llamada “pequeña edad del hielo” a nivel global, y seguramente relacionado a varios eventos El Niño de gran magnitud. Sin embargo, estos datos se contradicen con otros estudios de intensidad y frecuencia de eventos El Niño. Se requiere ampliar la investigación, tomas de núcleos en otros lagos, para poder no solo entender el pasado climático, sino hacer predicciones y extrapolaciones a futuro. Esto es bastante pertinente en momentos en que vivimos el evento Niño Costero.

Las temperaturas del Pacífico este están demasiado altas, lo que produce exceso de precipitación en el continente, que hasta el momento no ha sido tan dramático en las islas Galápagos. En un archipiélago aislado, son las corrientes marinas, junto con los vientos, los que determinan el clima de la región.

En años regulares, entre los meses de mayo y diciembre, las bajas temperaturas del mar y las relativamente altas temperaturas atmosféricas, producen una capa de inversión resultado de la condensación del vapor de agua en contacto con la fría superficie del océano. En la época “invernal”, el mar se calienta y el vapor asciende hasta formar nubes de lluvia sobre las islas. Durante los ocasionales eventos La Niña, las temperaturas del agua son anómalamente bajas lo que ocasiona sequía extrema, cuando en El Niño llueve en exceso. (O)

nalutagle@yahoo.com

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