Clásicos de La Habana
En el 2010, Sandra Rivadeneira tuvo la oportunidad de visitar Cuba para encontrar en La Habana «una ciudad cálida no solo por su clima sino también por su gente, un lugar lleno de cultura y de mucha historia».
Pisar La Habana es como retroceder en el tiempo, indica Sandra, presentadora de noticias y conductora de la revista femenina ‘Mujer Actual’ (CN Plus). «Lo primero en impactarme fue el gran museo rodante en sus calles, compuesto por carros fabricados en los Estados Unidos, que datan de fechas tan lejanas como las décadas del 40 y del 50 del siglo pasado; es decir, carros que tienen entre 50 y 60 años de uso. Muchos de estos autos han sido modificados, pero gran parte de ellos lucen intactos, gracias al cuidado y la creatividad de los cubanos, quienes se las ingenian adaptando piezas para conservar estas reliquias que ruedan por las calles ofreciendo servicios de taxis o paseos turísticos por esta hermosa ciudad».
Tomar uno de esos vehículos como taxi es una experiencia muy a lo cubano, y mejor si ese paseo lleva al visitante a uno de sus atractivos «más hermosos para visitar: el Acuario Nacional de Cuba». Sandra describe el sitio como un lugar ideal para quienes aman la fauna marina, como ella. «En él encontramos una gran variedad de peces, tortugas, pero sin duda el gran atractivo es el show de delfines. Fue la oportunidad perfecta para cumplir uno de mis sueños y aunque en el acuario solo pude tomarme fotos con ellos, fue en Varadero donde tuve el placer de nadar junto a estos seres tan inteligentes».
En el centro de la capital me encontré con uno de los íconos arquitectónicos de La Habana, el Capitolio. Este imponente edificio es el origen kilométrico de la red de carreteras cubanas, las cuales para Sandra fue un placer recorrer –sobre todo en carros clásicos– para aproximarse al verdadero espíritu de esta encantadora isla del Caribe.
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