Görlitz, brillo alemán
Esta hermosa ciudad, en el extremo oriental de Alemania, es a menudo escenario de películas.
El guía de la ciudad, Frank Vater, se detiene delante de una de las fachadas históricas en el casco viejo y saca de su bolsillo varias llaves. El arquitecto sabe que en Görlitz los turistas muchas veces no ven las verdaderas sorpresas.
Abre una puerta de madera en la planta baja detrás de la cual hay una nave. Arriba estaban colgadas en el pasado las valiosas telas de los tejedores. Una escalera de piedra con una barandilla elegante conduce a las plantas superiores, tres en total.
Görlitz saca partido del casco viejo de la ciudad, totalmente conservado. La “Praga alemana” es el nombre que se ha dado a esta ciudad, la más oriental de Alemania, pegada a la frontera con Polonia, a unos 100 kilómetros de Dresde. No solo las fachadas se han conservado tal como estaban, sino edificios completos, cuenta entusiasmado Vater. Un recorrido por el centro histórico es un viaje arquitectónico por los siglos. “En Görlitz, un edificio que tiene menos de 150 años de antigüedad es considerado como nuevo”.
La ciudad, situada a orillas del río Neiße, cuenta con unos 4.000 edificios catalogados como monumentos históricos, una concentración extraordinaria. Los estilos van del gótico al art nouveau pasando por el renacentista y el barroco. Después de la reunificación alemana en 1990 se invirtieron unos 300 millones de euros en la conservación de los edificios protegidos.
En pleno centro
Uno de los edificios que más llaman la atención es el Schönhof, en la plaza Untermarkt, construido por el arquitecto Wendel Roskopf, que actualmente alberga el Museo Silesio. Vater explica que se trata de “la casa renacentista más antigua de Alemania”, construida en 1526.
La Untermarkt ofrece una buen vista del ayuntamiento, que abarca cuatro edificios en el lado oeste de la plaza. En 1350, la ciudad compró por primera vez propiedades privadas para el ayuntamiento: la torre con los dos relojes llamativos y la sala de alcaldes. A lo largo de los tiempos, el ayuntamiento se fue ampliando constantemente con la incorporación de más edificios adquiridos.
También en la plaza Untermarkt se encuentran las típicas casas del siglo XVI, cuando Görlitz vivió su apogeo económico. Los imponentes vestíbulos, profundos, y las bóvedas de crucería dan una buena idea de cómo era la vida de la clase adinerada en el medievo tardío.
La belleza de la ciudad no solo atrae a los turistas. Görlitz ha sido utilizada desde hace años como escenario histórico de más de cien películas alemanas e internacionales. El primer Óscar para Görlitz lo ganó la actriz Kate Winslet con The Reader (El lector o Una pasión secreta). Algunas personas llaman a la ciudad graciosamente “Görliwood”.
Un puente en el casco viejo conduce hacia el suburbio polaco de Zgorzelec, en el este, donde no hay edificios históricos, pero que ofrece una vista panorámica fascinante de los tejados del casco viejo de Görlitz.
Cómo llegar: En avión se viaja a Berlín y desde allí en tren a Görlitz, un viaje de unas 2 horas y 45 minutos. El billete de ida cuesta 14 euros (16 dólares); www.goerlitz.de