La médula lojana
Esta ciudad desea revitalizar su tradición urbana con un proyecto de regeneración de la calle 10 de Agosto, que apunta a rescatar antiguas viviendas de tres habitantes ilustres.
La más tradicional arteria comercial, urbana, turística y de encuentro popular de la ciudad de Loja era también conocida como la “calle de la luz”, ya que esa zona ostenta el mérito de haber sido iluminada por la primera planta de energía hidroeléctrica que funcionó en el Ecuador, específicamente desde el 1 de abril de 1899, y emplazada en la zona oeste de ese corredor vial.
La calle 10 de Agosto ha sabido llenar de brillos a la capital lojana por diversas razones. La plaza central y el antiguo cabildo forman parte del entorno patrimonial de esa avenida por donde transitaban los productos que llegaban de la Costa y la Sierra durante un intenso intercambio comercial que tiene sus orígenes desde su fundación a mediados del siglo XVI, convirtiéndose además en el área donde asentaron sus viviendas las principales autoridades y personajes emblemáticos de todas las épocas.
Procesiones religiosas, militares, estudiantiles y políticas también han sido parte regular del panorama urbano de esta calle que, según el presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo de Loja, Félix Paladines, merece ser regenerada a través de un proyecto de revitalización impulsado por esa entidad y que cuenta con el apoyo del Municipio local (encargado de la ejecución), el Ministerio de Cultura, la Universidad Técnica Particular de Loja y la Universidad Internacional del Ecuador, sede Loja.
“El tiempo, el tráfico vehicular, la negligencia de los propietarios de los inmuebles, y el descuido ciudadano y de las autoridades han restado importancia al valor patrimonial e histórico de esta zona céntrica que debe levantarse como símbolo de la lojanidad”, indica Paladines, quien aspira a ver la estrechez de la calle 10 de Agosto libre del tráfico vehicular para convertirse en un sendero pedestre sembrado de viviendas con más de dos y tres siglos de antigüedad bellamente restauradas.
Entre las construcciones más antiguas está la casa de Juan de Salinas (intersección con la calle José Joaquín de Olmedo), colonizador español del siglo XVI que aspiraba a convertir a ese territorio en un virreinato que rinda cuentas directamente a España, motivado por la gran riqueza aurífera que esta amplia zona producía.
Otros inmuebles destacados son: el Monasterio de la Concepcionistas (entre Bernardo Valdivieso y José Joaquín de Olmedo), cuya arquitectura colonial aloja un museo con arte religioso y reliquias que formaron parte del convento desde su creación el 11 de agosto de 1596, y el inmueble donde se asienta el Museo de Historia y Cultura Lojanas, junto a la Gobernación, cuyo amplio balcón muestra detalles de la arquitectura colonial que ha caracterizado a la urbe.
Los tres grandes
Varios de los inmuebles asentados a lo largo de los 2,11 kilómetros de la calle 10 de Agosto exhiben el esplendor de antaño. El proyecto de revalorización planteado por la Casa de la Cultura local propone aprovechar tal valor mediante la restauración de tres infraestructuras relacionadas a importantes residentes de esta capital.
El plan tiene como primer componente intervenir la antigua casa de la familia del escritor lojano Benjamín Carrión (1897-1979), ubicada en el extremo oeste de la avenida, en la calle Epiclachima, como punto de partida de la recuperación de los íconos históricos.
“El proyecto de intervención a la casa Carrión contribuirá no únicamente a la conservación del inmueble a través de los procesos técnicos de rehabilitación, sino al reconocimiento del legado que Benjamín Carrión otorgó al país a través de su accionar en pro de la literatura, las artes y de la cultura ecuatoriana en general”, indica el documento de presentación del proyecto, que apunta como primera medida la adquisición del inmueble por parte del Municipio de Loja a través de medidas legales.
Para ello, el Municipio deberá establecer un acuerdo con los actuales propietarios, quienes han dividido el inmueble en cuatro unidades habitacionales. El alcalde Jorge Bailón indica que tal proceso no se encuentra muy avanzado debido a los pasos burocráticos de ley, por lo que considera que su gestión, que concluiría el próximo año, posiblemente no logre cumplir con tal objetivo.
Sin embargo, Bailón expresa su apoyo a tal proceso de intervención como medida de rescate del patrimonio cultural de la ciudad.
Es así que la próxima administración del Cabildo local quizás herede el compromiso de ejecutar este proyecto que, tras la intervención a la casa Carrión, apuntaría a regenerar la casa que supuestamente pertenecía a familiares del escritor lojano Pablo Palacio (1906-1947), emplazada en la intersección con la calle 18 de Noviembre.
El inmueble, hoy ocupado por locales comerciales, presenta una “curiosa y particular arquitectura, ubicada en el corazón de la ciudad”, según el proyecto de rescate patrimonial, que presenta a esta casa como un “icono” representativo de las típicas fachadas que han adornado con encanto tal emblemática arteria urbana.
Este proyecto de revitalización aspira luego a regenerar la casa que se cree llegó a ocupar la familia del pintor lojano Eduardo Kingman (1913-1997) antes de que sus padres se mudaran a Quito, cuando el artista tenía solo 7 años.
La fachada de esta construcción, levantada entre las calles Juan José Peña y José Joaquín de Olmedo, exhibe un mayor deterioro que las anteriores, por lo que la intervención debería profundizarse para lograr convertir ese inmueble en un museo que exponga de manera permanente la obra de este artista considerado un maestro del expresionismo latinoamericano, buena parte de su obra muestra el dolor y maltrato del indígena.
El rescate de tales infraestructuras, entre otras, apuntan a devolverle a la calle 10 de Agosto su esplendor como eje de esta ciudad famosa por rendirle un constante tributo a la cultura más auténtica.