Limoncocha de limón
Caimanes, aves y una hermosa laguna atraen al turista a esta reserva biológica de la provincia de Sucumbíos. Allí operan hoteles rústicos con enfoque sostenible.
Los pobladores cuentan que la principal laguna de esta reserva natural del cantón Shushufindi era llamada antiguamente Capucuy en idioma kichwa, debido a una especie de heliconia (heliconia rostrata) que se multiplicaba abundantemente en esas amplias aguas.
Pero cuando llegaron unos colonos a ese brazo del río Napo observaron con sorpresa la presencia de un árbol de limón en sus orillas, por ello lo bautizaron como Limoncocha (laguna de limón).
Pero eso no fue lo único que encontraron, ya que en esta reserva protegida de 4.613 hectáreas se han registrado 464 especies de aves, 345 especies de plantas y 30 tipos de mamíferos, convirtiéndola en un sitio ideal para los observadores de pájaros e interesados en la rica fauna de ese mágico lugar.
Esto se debe, en parte, a la gran conciencia conservacionista que muestra la comunidad kichwa local. Germán Tanguila, miembro de esa comunidad, recuerda que desde niño le inculcaron esa mentalidad. “Cuando yo era pequeño, mi padre me dijo: ‘Cuida tu ambiente, donde vives, es lo mejor, porque si no cuidas en lo futuro se van a ir acabando las especies (...) y usted no va a tener nada. Cuando tú tengas hijos, si no cuidas, esto se va a acabar’”.
Tanguila es uno de los 34 nativos de la nacionalidad kichwa que integran el Centro de Turismo Comunitario Pusara, ubicado en la zona de influencia de la reserva; ellos han hecho de las buenas prácticas el mejor aliado para reducir los impactos del turismo y aprovechar así de todos sus beneficios.
Proteger las aguas
“En el proyecto Iniciativa para la Conservación en la Amazonía Andina (ICAA) estamos gratamente sorprendidos por el compromiso que muestra la comunidad kichwa, pues este tipo de medidas les permitirán continuar desarrollando su trabajo turístico, pero reduciendo el impacto negativo para el ambiente que tiene esta actividad”, comenta Verónica Muñoz, gerente de turismo sostenible de la ONG Rainforest Alliance en Ecuador.
Rainforest Alliance coordina el proyecto Iniciativa para la Conservación de la Amazonía Andina, con el respaldo financiero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), con lo cual ha ayudado a fortalecer mecanismos de sostenibilidad a través de modelos de buenas prácticas en las comunidades.
Ese pequeño poblado kichwa es uno de los grupos involucrados para alcanzar esa meta, para lo cual comenzaron con la reducción de la contaminación de las aguas resultantes de la cocina.
Sus esfuerzos continuaron al arreglar las zonas interiores y exteriores de las cabañas, mejorar el área de los jardines y sembrar plantas nativas de la zona. Esos detalles les permiten prestar servicios de mayor calidad a su clientela, lo que poco a poco ha contribuido a la sostenibilidad económica y organizacional de esta pequeña iniciativa.
El brillo de la laguna
El apropiado manejo de las aguas residuales resulta muy lógico, considerando que esta zona tiene su principal atractivo en la gran laguna de Limoncocha, de unos 3.000 metros de largo y unos 1.800 metros en su parte más ancha, luciendo como un espejo de agua que convoca a una gran cantidad de fauna.
Gilberto Grefa, uno de los líderes de esta comunidad, cuenta que, contrariamente a lo que ocurre en otros territorios amazónicos habitados, resulta fácil observar monos o aves en los árboles junto a la laguna. Con esos avistamientos sorprenden a los turistas, dice Grefa.
Pero agrega que también resulta muy importante mostrar su cultura. “No queremos que nuestras costumbres queden atrás, sino que queremos que los turistas vean que las conservamos”, indica, resaltando la importancia, por ejemplo, de proteger sus tradiciones culinarias al servir platos como el maito (pescado asado en hoja de bijao) y los mayones (gusanos).
La laguna brinda sustento a los habitantes a través de la pesca de bocachico, corvina, piraña, lisa, carachama, botellón, guaraja, sardina, paiche, raya, pez eléctrico, acarahua (nombre kichwa), bocachico llorón, dormilón, garopa, bagre, vieja y pez huesudo, aunque esa fuente de alimento también aloja a los caimanes negros, que deambulan en esas aguas para causar la admiración de los visitantes especialmente en los tours nocturnos.
La Estación Científica Limoncocha de la Universidad Internacional SEK registra que existen aproximadamente un centenar de esos animales en la laguna.
Los caimanes son un gran atractivo de estos tours, que también están disponibles en otros hoteles comunitarios, como cabañas Supay Cocha y Jambi Cocha, también manejadas por comunidades kichwas.
Eso demuestra que este grupo humano entiende verdaderamente el valor de su naturaleza, de sus tradiciones, y quieren mostrarlo a los visitantes. (M.P.) (I)
Humedal
Desde Coca (Francisco de Orellana), Limoncocha se encuentra a dos horas en vehículo por tierra o en canoa a motor por el río Napo. La reserva es un humedal Ramsar, denominación internacional obtenida en julio de 1998 debido a su riqueza natural. Está a una altitud de 228 metros sobre el nivel del mar (msnm) con una temperatura de 25 °C. La zona abarca bosque primario, secundario y tierras inundadas.
Contactos: Cabañas Pusara, 096-965-9126 (Freddy Grefa); la operadora Jatun Samai brinda tours de 3 días desde Quito, pero se pernocta en Coca (02) 235-1127, 513-7163.
Fuentes: Rainforest Alliance, www.hopineo.org.