Los escondidos encantos de Manta
El principal puerto manabita se proyecta como uno de los lugares de más alto desarrollo turístico. Sus playas son su principal encanto, que atrae a miles de turistas de todas partes; algunos de ellos se quedaron atraídos por sus otros atractivos naturales.
Resulta extraordinario observar el colorido de los barcos pesqueros que reposan al lado de modernos yates en la bahía de Manta. Estamos en el malecón urbano y al igual que los grandiosos veleros y botes, destacan los pintorescos barcos pesqueros, íconos de la ciudad. Sin esas embarcaciones el paisaje sería genérico, pero roban el protagonismo de un cuadro que habría podido pintar Renoir.
Me imagino cómo fue ese viaje que hicieron mis abuelos y mi padre desde Quito a Manta, a inicios de los años cuarenta. Tren, lancha y avión vía Riobamba, Durán y Guayaquil hasta llegar a este puerto de mar abierto que en aquel entonces era una pequeña población. Recuerdo que mi abuela dijo haber comprado una fina vajilla de Bavaria en una cevichería y que mi padre prometió volver a esta tierra. Es que desde aquí partían embarcaciones cargadas de sombreros de paja toquilla, tagua, higuerilla con destino a EE.UU. y Europa. Y llegaban barcos alemanes y franceses a vender pianos, máquinas de escribir, de coser, vajillas, para regresar al viejo continente con productos locales.
El auge pesquero empieza en los años cincuenta con la apertura de una importante fábrica en el malecón. Entonces la urbe terminaba en el barrio Córdova situado a la altura de donde hoy en día comienza el muelle de aguas profundas. Al lado quedaba la playa de El Murciélago y más allá, las incontables dunas de arena que parecían el fin del mundo o el escenario de una película de ciencia ficción. En los años sesenta se construyó el puerto en la playa de El Murciélago, especialmente para exportar el café que producía Jipijapa.
Sin embargo, el hito del desarrollo de Manta surge en los años ochenta cuando grandes de la industria pesquera de San Diego, California, fijan sus ojos en este puerto. Desde allí el progreso pesquero crece a paso firme, con inversión de gente local, nacional, estadounidense y europea que le apuesta a las bondades del mar. Donde yacían las gigantes dunas de arena hoy se levantan hileras de edificios y en dirección a San Mateo surgen cada día nuevas urbanizaciones, restaurantes y negocios de toda clase.
Mi padre regresó a Manta de joven y vivió 50 años en esta ciudad. “Yo era de Quito, ahora soy de Manta”, decía. Y esa frase la adoptan miles de habitantes que han llegado de diversas partes de Manabí, del Ecuador y del mundo a asentarse en la ciudad. ¿Qué los atrae? Sin duda, la cocina rica en productos del mar que refleja el alto nivel de la gastronomía manabita; el buen clima y me refiero al económico también, al ganarse una plaza entre las capitales mundiales del atún.
Prepárese a descubrir esos rincones que están convirtiendo a Manta en un puerto verdaderamente cosmopolita.
Fusión de sabores
Muyá Cocina Gourmet
¿Qué sucede cuando se juntan una manabita y una cartagenera? Una explosión de sabores. Eso es Muyá, el restaurante de Tatiana Castillo y Cecilia Cedeño, dos jóvenes que se conocieron en una escuela de cocina de Buenos Aires y abrieron el año pasado este negocio. Ambas tienen el interés de rescatar platos “nuestros”, con ingredientes propios de la cocina manabita llevados a un nivel más sofisticado. Por ejemplo, preparar un atún Tataki, con un toque de salprieta o unos langostinos con salsa de naranja y tomillo o un arroz caldoso de mariscos que lo dejarán más que contento. Pídase un vino, de preferencia blanco.
Dirección: ciudadela Universitaria, Calle U8 y peatonal U3. Telf.: (05) 267-7606.
Muy tradicional
Picantería El Marino
Apenas pase el astillero de barcos artesanales y el mercado de mariscos de Tarqui, encontrará un clásico restaurante que ha estado allí desde los años 50. La propietaria, Mercedes Rivero, compra el mejor pescado acabado de desembarcar, antes de que comerciantes lo envíen a restaurantes de Quito, Tokio o Nueva York. El cebiche de pescado dorado es un clásico. Atrévase a probar la exquisita ensalada o “picante” de mariscos o la tradicional sopa marinera y se acordará de nuestras sugerencias.
Dirección: Calle 110, malecón de Tarqui.
Desde Nueva York
Donkey Den Guesthouse
Santa Marianita se ubica a 20 minutos de la ciudad y ya es otra bella playa frecuentada por los mantenses. Si usted es amante del kite surfing, aquí encontrará tres escuelas donde podrá aprender este deporte. O si simplemente busca una playa tranquila que no sea urbana, este es el lugar ideal. Donkey Den Guesthouse es la casa de una neoyorquina. Tiene siete habitaciones, una suite familiar con precios que varían entre $ 40 y $ 75. No incluye desayuno, pero puede pedirlo a su elección. Le sugerimos pancakes o huevos revueltos. Ojo, para hospedarse debe ser amante de los animales, ya que gatos y perros son parte del entorno.
Dirección: Santa Marianita. Telf.: 099-723-2026 www.donkeydenguesthouse.com
Repostería francesa
Pastelería J’adore
Los dulces y macarrones que salen en la película María Antonieta, dirigida por Sofía Coppola, son una copia de los que se degustan en J’adore. Sus dueños son Cecilia Soria, de origen esmeraldeño-francés; su esposo, Guillaume Meterreau; y su amigo Jean Baptiste Leinen, pasteleros franceses que llegaron hace un año y medio a Manta a abrir su pastelería. El público no los ha decepcionado. Sus delicados macarrones hechos con almendras, éclairs (relámpagos) y demás dulces típicos de la repostería francesa, se venden a diario, casi como cebiches en la playa. Si usted visita la ciudad, no puede perderse el saborearlos.
Dirección: Avenida 24, entre calles 16 y 17. Teléfono: 099-559-3518
Ambiente casero
Hotel Boutique María Isabel
Una antigua casa de estilo cuencano se convierte en boutique hotel en el barrio El Murciélago, a pocos metros de la playa. Dieciséis acogedoras habitaciones con madera y ladrillo visto, y otras con jacuzzi son una buena alternativa si prefiere los ambientes más caseros. Los precios varían entre $ 85 y $ 120 e incluye desayuno.
Dirección: Calle 24 103 y avenida M2. Barrio El Murciélago. Teléfono: (05) 262-5013. www.hotelboutiquemariaisabel.com
Cortes mantenses
Caminito Steak House
Si usted es una de esas personas a las que después de tres días en la playa le apetece un bocado de carne, este es el lugar. El nombre alude al barrio de la capital argentina, pero su dueño, Alfonso Andrade, es cien por ciento mantense. Trabajó de cocinero en Washington, vivió un tiempo en Buenos Aires y tal vez de allí provenga su obsesión por seleccionar los mejores cortes de carnes para su restaurante. No lo defraudarán el t-bone, rib eye, sirloin preparados al carbón. Una copa de vino tinto irá a pedir de boca.
Dirección: vía a Barbasquillo (frente a Umiña Tenis Club). Telf.: 098-556-6241.
Dulcers 100%
Nuna
Nuna significa alma en quichua y es el rincón de los postres del restaurante Muya. Si tiene un paladar aventurero, alístese a degustar los helados artesanales de maní y remolacha, albahaca, cardamomo, morrones ahumados o sabores más clásicos como menta, piña y jengibre. Quizás la torta de chocolate o de calabaza y zanahorias lo seduzcan acompañadas de un exquisito café.
Dirección: cdla. Universitaria, calle U8 y peatonal U3. Telf.: (05) 267-7606.
Toque Rústico
Cabañas Balandra
En la calle paralela al malecón de la playa El Murciélago, encontrará Cabañas Balandra. Nueve cabañas familiares con un toque rústico y tropical lo harán sentir cómodo, como en casa. Pero si usted es un viajero de negocios, no dude en hospedarse en el nuevo edificio del hotel, inaugurado el año pasado, que cuenta con todas las comodidades que necesita un ejecutivo: conexión wifi, salón de negocios y eventos y gimnasio, por si no está acostumbrado a trotar en las mañanas en la playa. Precios desde $ 113 a $ 126.
Dirección: Barrio Córdova, avenida 7 y calle 20. Telf.: (05) 262-0316. www.hotelbalandra.com
Oasis playero
Hostería Vista Al Mar
Creado por un excéntrico quiteño que quiso trasladar un pedazo de Bali a la ciudad, se levanta este agradable hotel boutique al pie del acantilado. En sus habitaciones y suites de estilo tailandés, piscina con rebose y porche usted se sentirá en un oasis de paz.
Los precios oscilan entre $ 102 y $ 200.
Dirección: Calle M1 y avenida 24, Barrio El Murciélago. Telf.: (05) 262-1671. www.hosteriavistaalmar.com